Joe Biden y el nuevo Congreso no empezar su relación de la mejor manera. Durante el Estado de la Unión, el presidente recibió abucheos y murmullos en reiteradas ocasiones, a lo que hay que sumar un par de gritos. Ya con la cabeza en frío, los congresistas del GOP están divididos sobre lo que pasó la noche del 7 de febrero. Algunos culpan directamente a Biden y otros piden más respeto por la investidura.
El mandatario ingresó al recinto entre aplausos y comenzó a saludar alegremente mientras se hacía paso hacia el podio. Una vez llegó, pidió un reconocimiento para todos los líderes del Congreso. Hasta este momento, las sonrisas eran moneda corriente, pero, una vez se disiparon los aplausos y Biden comenzó con su discurso, las cosas viraron rápidamente hacia un terreno más hostil.
El primer momento tenso de la velada llegó cuando el mandatario acusó a los republicanos de querer impulsar el fin de Medicare y de la seguridad social. Esto provocó una negativa con la cabeza de Kevin McCarthy, ubicado detrás del presidente, a lo que se sumó una reacción espontánea entre los legisladores.
Marjorie Taylor Greene no dejó pasar la oportunidad para gritarle “¡mentiroso!”. Maquillando sus propias declaraciones, Biden intentó aclarar, “no creo que sea una mayoría de ustedes”, aunque apenas se le oyó por encima del murmullo republicano.
Minutos después, lamentó la cantidad de muertes anuales causadas por la crisis de los opioides en Estados Unidos. En ese momento, el representante Andy Ogles alzó la voz y exclamó, “es culpa tuya”.
Todos estos exabruptos tuvieron sus repercusiones en redes sociales y todavía faltaba uno. Si bien Biden criticó a la industria del gas y el petróleo, luego afirmó que “vamos a necesitar petróleo durante al menos otra década”. La frase provocó unas cuantas risas del lado republicano del recinto. Incluso Kevin McCarthy sucumbió a las carcajadas de sus compañeros.
¿Quién tiene la culpa por los gritos contra Biden?
El portavoz de la Cámara no tiene muchas dudas al respecto. “El presidente estaba tratando de provocar a los miembros, y los miembros son apasionados al respecto. Pero lo que el presidente estaba diciendo era algo que él sabía que no era cierto”, expresó McCarthy en diálogo con Fox News.
A su vez, reconoció que, a la hora de reaccionar, “Tenemos que ser inteligentes” y “no picar el anzuelo”.
Dentro de la misma línea editorial se encuentra la congresista Lisa McCain, quien si bien destacó que el presidente empezó su discurso “maravillosamente”, lamentó que haya mentido “descaradamente”.
“Así que, por mucho que me hubiera gustado tener más decoro, de acuerdo, estás instigando ese comportamiento. Así que empieza por el líder”, indicó quien representa al noveno distrito de Michigan en la Cámara de Representantes.
Otro que opinó al respecto fue el congresista Garret Graves. Aunque dejó en claro que la investidura del presidente merece respeto, entendió el porqué algunos de sus colegas no pudieron mantener el decoro. “Me sentí un poco incómodo en mi asiento y bastante frustrado al escuchar algunas de las acusaciones que son claramente falsas”, agregó.
Del lado más centrista de la escena, Dave Joyce, presidente de Grupo Republicano de Gobierno, lamentó lo sucedido durante el Estado de la Unión. “Creo que es importante que se respete el decoro no solo en la cámara, sino en todas partes. Y deberíamos ser más exigentes con nosotros mismos. Eso es algo en lo que no deberíamos participar, y al menos deberíamos mostrar el respeto que se debe y se le debe [al] cargo de presidente cuando viene a nuestra cámara a hablar”, aseguró.
Quizás el testimonio más codiciado fue el de la propia Marjorie Taylor Greene, una de las protagonistas de la noche. “Le hice saber exactamente cómo se siente la gente”, reconoció ante los periodistas que estaban afuera del recinto, para luego rematar con un “así que no, no me arrepiento”.