Las autoridades alemanas repatriaron por primera vez a una mujer vinculada a Estado Islámico, EI, procedente junto a sus tres hijos de un campo de prisioneros del norte de Siria.
Fuentes policiales informaron de que la mujer, de 30 años, y sus hijos llegaron anoche al aeropuerto de Fráncfort. Se trata de la primera repatriación a Alemania de una persona mayor de edad y relacionada con la organización yihadista.
Según la edición digital del semanario “Der Spiegel”, la mujer, identificada como Laura H. y originaria del estado federado de Hesse -donde se encuentra Fráncfort- fue puesta en libertad tras llegar al país.
El grupo familiar se encontraba en un campo de prisioneros controlado por las fuerzas de seguridad kurdas en el norte de Siria. Su repatriación fue posible tras semanas de gestiones con el Ministerio de Exteriores y una ONG estadounidense.
Tras ser liberados, fueron trasladados primero a Erbil, en el norte de Irak, y de ahí siguieron a Fráncfort en un vuelo regular de la aerolínea alemana Lufthansa.
La mujer llegó presuntamente a Siria en 2016 para unirse a las filas del EI, aunque según su propia declaración se distanció luego del yihadismo. A su llegada a Fráncfort se le retiró el pasaporte y no podrá salir del Alemania.
Uno de sus tres hijos, cuyas edades no se han especificado, nació en Siria. Otro de los menores es ciudadano estadounidense, la nacionalidad del padre.
Según “Der Spiegel”, Laura H. viajó a Siria en 2016 junto con el padre -originario de Somalia-, quien murió en combate en Siria. Antes de salir del país se les conocía ya cercanía o vínculos con la minoría radical salafista en Alemania.
Se sospecha que recogía donativos para el radicalismo islámico a través de un portal en Internet dedicado a la venta de prendas de vestir, incluidos burkas y velos islámicos.
El pasado agosto, las autoridades alemanas iniciaron las operaciones de regreso de menores. Se estima que desde entonces llegaron al país unos 80, en su mayoría huérfanos de ciudadanos alemanes que habían militado en las filas del EI.
Inicialmente el departamento de Exteriores había argumentado que no se daban las condiciones de seguridad necesarias para estas operaciones.
El caso quedó a manos de la Justicia que, a instancias de un grupo de familiares residentes en Alemania, dictó sentencia a favor de los demandantes.