El régimen militar que tomó el poder en Níger el 26 de julio ordenó este viernes a los embajadores de Francia, Alemania y Nigeria que abandonen el país en 48 horas, según una serie de documentos oficiales.
Debido a la negativa del embajador de responder a una invitación del ministerio para una entrevista y a otras acciones del gobierno francés contrarias al interés de Níger, las autoridades «decidieron retirarle sus credenciales y pedirle salir del territorio nigerino en 48 horas, señala un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores nigerino.
Unas horas más tarde, las autoridades castrenses hicieron la misma exigencia por los mismos motivos a los embajadores de Alemania y Nigeria, a los que mandó una carta el ministerio de Exteriores que pudo consultar la AFP.
Poco después, la AFP también conoció una carta similar dirigida al Departamento de Estado estadounidense en la que le piden a la embajadora de Estados Unidos en Níger, Kathleen FitzGibbon, salir del país en las mismas condiciones.
El ministerio de Exteriores francés respondió que «los golpistas no tienen la autoridad para hacer esta petición. El permiso del embajador solo depende de las autoridades nigerinas legítimas elegidas».
Níger recibió duras sanciones
Las declaraciones y manifestaciones antifrancesas se multiplicaron en el país desde el derrocamiento del presidente Mohamed Bazoum, elegido democráticamente.
El nuevo régimen acusa a la expotencia colonial de preparar una intervención militar para devolver el poder a Bazoum y de manejar los hilos de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), que acentúa la presión sobre Niamey.
Esta entidad, cuya presidencia rotatoria recae actualmente en Nigeria, impuso a Níger duras sanciones económicas y financieras, y amenaza con recurrir a la fuerza para restablecer el orden constitucional.
Unos 1.500 militares franceses se hallan desplegados en Níger, en relación con la lucha contra los grupos yihadistas que desde hace años operan en la región del Sahel.
El nuevo régimen nigerino denunció a principios de agosto los acuerdos militares con Francia, una posición que París ignoró al considerar que la única autoridad legítima es el presidente depuesto.