MUNDO

«Recen en casa»: las autoridades religiosas y los fieles se adaptan al covid-19

por Avatar AFP

De Rabat a Teherán, las autoridades religiosas apoyan en su mayoría las medidas para frenar la propagación del nuevo covid-19. Incluso en algún caso autorizaron a los fieles a seguir comportamientos poco conformes con la ortodoxia.

Sin embargo, para algunos líderes religiosos se trata de una apostasía y han criticado el cierre de los lugares de culto, en una región como la de Oriente Medio y el Norte de África, donde la religión juega un papel preponderante en el día a día de la población, mayoritariamente musulmana.

«Recen en casa» en lugar de «Vengan a la oración». En varios países de la región, como Argelia o Kuwait, los muecines siguieron las directivas de las autoridades de cerrar las mezquitas y modificaron su llamado al rezo.

En Túnez, donde a veces los fieles rezan delante de las puertas cerradas de las mezquitas, algún muecín lloró al tener que pronunciar estas palabras, según videos que circulaban en las redes sociales.

En Tierra Santa, el patriarcado latino de Jerusalén instó a los fieles a recibir la hostia en la mano, y no directamente en la boca.

Otro hecho insólito, en Israel, el gran rabino sefardí Yitzhak Yosef aconsejó a los judíos mantener su teléfono encendido durante el sabbat, considerado normalmente una profanación, para poder recibir informaciones urgentes sobre el virus.

En Irán, uno de los principales focos de la epidemia, el debate entre ciencia y religión vuelve a estar de actualidad.

«Algunos dan prioridad a los rituales religiosos, que están por encima de todo, también de la ciencia médica», explica el teólogo Mohsen Alviri. «Otros piensan que se pueden abandonar las oraciones obligatorias para salvar la vida de un ser humano», agregó.

El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, mostró rápidamente su apoyó al personal sanitario y a las decisiones del gobierno.

Propagar «es pecar»

Al día siguiente de un viernes de oración en el que los fieles se congregaron masivamente en las mezquitas, pese al aumento diario de casos de contagio, las autoridades de Egipto ordenaron el cierre de todas las mezquitas e iglesias durante dos semanas.

En Líbano, donde existen 18 comunidades religiosas, los líderes espirituales respaldaron la declaración de estado de emergencia sanitaria y las medidas de confinamiento.

Varias iglesias difunden sus misas a través de las redes sociales. Con una cruz y recitando oraciones, un sacerdote bendijo el país sobrevolando Beirut con un helicóptero.

«El virus puede ser vencido si cada uno asume sus responsabilidades», afirmó por su parte Hasan Nasralá, jefe del movimiento chiita Hezbolá. Respetar las instrucciones de las autoridades sanitarias es un deber religioso, dijo.

«La religión musulmana nos exige higiene«, declaró el jeque Majed Saqer, un responsable del ministerio palestino de Asuntos Religiosos. «Si un musulmán transmite el virus, consideramos que ha pecado».

En Irak, las influyentes autoridades religiosas lanzaron campañas de sensibilización.

El ministro de Sanidad se reunió con el ayatolá Husein Ismail Al Sadr, junto a un equipo de televisión, para pedir a los iraquíes que se queden en casa.

«Virus enviado por Dios»

Pero su mensaje no caló del todo, puesto que decenas de miles de peregrinos confluían estos días hacia Bagdad para conmemorar, el sábado, el martirio del imán Kazem, destacada figura del islam chiita.

«Si todos los iraquíes están en sus casas confinados, ¿quién irá a visitar a nuestro imán?», dijo a la AFP un peregrino que intentaba acercarse al mausoleo, vigilado por militares.

Aunque la mayoría de dignatarios religiosos apoyan las medidas de las autoridades, se alzan algunas voces discordantes.

El predicador salafista marroquí Abou Naim, conocido por su extremismo, acusó a las autoridades de apostasía, tras haber decidido cerrar los lugares de culto. Fue detenido por terrorismo.

En Argelia, el imán Chems Eddine Aldjazairi afirmó en Facebook: «Tengo miedo que Dios nos haya enviado este virus para que nos acerquemos a él, y cuando vea que hemos cerrado las mezquitas, nos enviará otro virus más virulento».