Mucho se viene hablando en los últimos tiempos del fentanilo y sus estragos, pero hasta ahora, no tanta atención se había prestado a las frías cifras y en concreto, a la evolución de las muertes por sobredosis que ha causado en un país como Estados Unidos.
En un gráfico basado en las muertes por sobredosis en este país según los datos de CDC Wonder (Wide-ranging Online Data for Epidemiologic Research), que proporciona acceso a una amplia gama de información sobre salud pública, se observa como en 2010, el fentanilo (22.000 muertes) se encontraba muy por detrás de las muertes causadas por cocaína (60.800), benzodiazepinas (40.200), antidepresivos (34.400) y heroína (28.000).
Los decesos por fentanilo comenzaron entonces un progresivo crecimiento que se aceleró particularmente a partir del año 2015, cuando se registraron 50.340. Para mediados de 2017, ya era la segunda causa de muerte por sobredosis, solo por detrás de la cocaína y a muy escasa distancia. Antes de que acabara aquel año, ya la había superado, para posteriormente distanciarse de sus ‘rivales’. En 2022, el fentanilo había causado 275.900 muertes por sobredosis en los Estados Unidos Una auténtica epidemia.
Así enganchó a Estados Unidos
Las cifras son incuestionables, y los expertos se afanan en cercar el porqué de un crecimiento tan inusitado.
Está considerado como un potente opioide de efectos más potentes que la morfina –de hecho su estructura química es muy parecida– o la heroína. En su uso médico, es analgésico recetado habitualmente para tratar el dolor, tras su desarrollo por primera vez en 1959. En algún momento, sustituyó a la heroína para acabar ‘enganchando’ al país norteamericano gracias sobre todo a dos características: es barato y fácil de producir.
Ello ha provocado que pase de ser un medicamento habitual en quirófanos y hospitales (es muy útil en paliativos) a una droga muy presente en las calles, pero aún quedan muchos interrogantes sobre su producción y el tráfico ilegal que ha generado.
Tras popularizarse, y a causa de los intentos para potenciar sus efectos y, por tanto, maximizar sus ventas, acabó agregándose a la heroína o cocaína, lo que aumenta la posibilidad de una sobredosis. Solo dos miligramos pueden resultar mortales.
Fácil y barato de producir
Según Reuters, el fentanilo se afianzó en el mercado negro estadounidense en 2014. China fue en aquel momento la fuente dominante, mezclando la sustancia con la heroína. Tras la presión de las administraciones norteamericanas, Pekín lo clasificó como sustancia controlada en 2019.
Así, los cárteles de la droga mexicanos cubrieron rápidamente el vacío de suministro, como parte de una tendencia más amplia por parte de las bandas del país vecino que ha pasado por abandonar las drogas de origen vegetal a favor de los potentes narcóticos sintéticos.
Y es que otra ventaja valorada por los narcos es que el fentanilo se puede producir en espacios reducidos y con equipamiento básico, por lo que su potencial de producción mundial es incalculable.
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