Este miércoles, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Roberto Ampuero, confirmó la decisión del gobierno del presidente Sebastián Piñera de no designar un embajador en Venezuela, como una forma de manifestar el rechazo de Chile hacia la crisis política, económica y humanitaria que vive el país bajo el mandato de Nicolás Maduro.
La medida fue adoptada en concordancia con la última declaración emitida por el Grupo de Lima, el bloque de países que ha presionado al líder venezolano para que se abra a negociar con la oposición y otorgue mayores garantías democráticas, las cuales fueron abiertamente vulneradas en la última elección presidencial, según la instancia.
Dicha postura fue reforzada previamente por el propio Piñera, quien a través de las redes sociales expresó su rechazo hacia el proceso eleccionario que consagró la «reelección» de Maduro en el poder. Con su mensaje, el jefe de Estado chileno notificó que las relaciones entre ambos países entraron a un punto de tensión sin fecha de restablecimiento.
Ante ese escenario, surgió la pregunta sobre qué pasará con la legación diplomática. Al respecto, Ampuero explicó que «esto no significa que cerremos la embajada, lo que significa es que los países que firman el acuerdo del Grupo de Lima han establecido que el nivel de embajadores no es el adecuado con el cual debemos negociar o dialogar con Venezuela».
Eso significa que quien asume la responsabilidad de la representación de Chile será el segundo diplomático nacional de mayor rango en Venezuela. En este caso, se trata del ministro consejero, encargado de negocios y jefe de cancillería de la legación en Caracas, Roberto Araos Sánchez.
Araos es Ingeniero Comercial de la Universidad Católica e ingresó al Servicio Exterior el año 1985. Como diplomático se ha desempeñado en Tacna, Perú; Washington, EE UU; Lima, Perú; Buenos Aires y Mendoza, en Argentina. Llegó a Venezuela el año pasado, justo en el momento en que Chile asumió un rol activo en la defensa de los derechos humanos en la nación.
Asimismo, en el ministerio de Relaciones Exteriores. ha cumplido funciones en la Dirección de Personas, el Gabinete de la Dirección General de Política Exterior y además se desempeñó como Director General Administrativo(s). Actualmente, entre sus tareas está la supervisión de temas contables y de recursos humanos.
También es el encargado de la agenda bilateral con el gobierno de Maduro, de la relación con la Asamblea Nacional y de seguir e informar a la cancillería chilena los temas vinculados a la economía local y la política interna.
Luego del encargado de negocios, el siguiente diplomático que aparece en la lista de precedencia es el primer secretario Manuel Rioseco, quien ingresó a la Academia Diplomática Andrés Bello en 1993 y ha servido como funcionario del Servicio Exterior en Indonesia, Yugoslavia, China. Reino Unido y Noruega. Llegó a Venezuela en agosto de 2017.
Tras Rioseco, hay dos «tercer secretario»: Claudio Rojas y Eduardo Pool, ambos egresados de la Academia Diplomática. El primero es encargado de temas de Cooperación, Educación, Ciencia y Tecnología, Medioambiente, Energía y Petróleo, Género y Derechos Humanos, Asuntos Multilaterales y el vínculo con organismos regionales con sede en Caracas.
En tanto, el segundo llegó a Venezuela en octubre de 2017 y está abocado a asuntos de Aeronáutica Telecomunicaciones y Espacio, Seguridad Internacional y Humana, Género y Asuntos Multilaterales. Asimismo, es el encargado de prensa y redes sociales de la representación chilena en la capital venezolana.
Agregadurias y Consulados
Chile mantiene en Caracas dos agregadurías. La civil, a cargo del director comercial Jorge Cáceres, representante de ProChile en Venezuela, y quien cuenta con dos asistentes: María Alejandra Vera Romberg y Liz Ferreira Gómez. En tanto, en la militar, naval y aérea está el Coronel de Ejécito, José Andrés Marzal Sánchez.
Marzal tiene como misión asesorar al jefe de la misión diplomática en el área de competencia técnico-profesional referente a la Defensa y actuar como oficial de enlace entre la Fuerza Armada. de Chile y Venezuela. Los dos agregados operan en las oficinas de la embajada, ubicadas en el sector San Román de la principal ciudad venezolana.
Además, el país mantiene dos consulados oficiales y cuatro honorarios en territorio llanero. El cónsul de Chile en Caracas es Pablo Mesa Latorre, abogado de la Pontificia Universidad Católica y quién ha hecho carrera diplomática en Colombia, Suiza, Paraguay, Argentina, Bolivia y Uruguay, entro otros países.
A su cargo tiene a siete funcionarios: Alexandra Hucke y Alfredo Peñailillo, ministros de fe que asesoran al cónsul en temas legales, migratorios y de gestión. El resto tiene distintas funciones, como atender solicitudes sobre perdida de nacionalidad, la atención a pensionados y exonerados políticos y las recientes visas democráticas, entre otras labores.
El otro consulado está en la ciudad de Puerto Ordaz y es conducido por Arturo Navarro, graduado de periodista en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina y de la Universidad de Chile, quien desde 2000 ha desempeñado distintas funciones en la cancillería y el Servicio Exterior, como subdirector de Política Consular entre 2016 y 2017.
Navarro cuenta con dos funcionarios a cargo. La ministra de fe, Nora Quiroga, y la secretaria Rosa Tapia. Finalmente, existen cuatro consulados honorarios: En Maracaibo, a cargo de Fernando Berendique; Armando Riveros en Barquisimeto; María Eugenia Godoy, en Porlamar; Reinaldo Villegas en Valencia y Ramfis González en Curazao, territorio perteneciente a los Países Bajos pero cercano a Venezuela: Por ello su vinculación a la embajada en Caracas.
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