A pesar de las dudas sobre su capacidad de gobernar, Zelenski, de 41 años de edad, logró el 73,1% de los votos en la segunda vuelta frente al 24,5% para Poroshenko, de acuerdo con los resultados casi definitivos.
Se trata del sexto y más joven presidente de Ucrania desde su independencia y recibió felicitaciones del mundo entero, incluyendo las de los presidentes Donald Trump de Estados Unidos y de Emmanuel Macron de Francia.
Conocido especialmente por sus monólogos, Zelenski supo aprovechar el ambiente de descontento entre los ucranianos frente a los partidos tradicionales, considerados corruptos e ineficaces, y la decepción que dejó el levantamiento prooccidental de la plaza Maidán hace cinco años, que permitió la Presidencia del mandatario saliente, Poroshenko.
El «showman» es padre de dos hijos y originario de Kryvy Rig, una ciudad industrial del centro del país, reconocida en la época soviética por la presencia de pandillas, la delincuencia y la violencia que azotaba las calles.
Hijo de un matrimonio judío -de padre maestro y madre ingeniera-, Zelenski estudió Derecho en el departamento de la Universidad Nacional de Economía, y empezó a incursionar en la comedia con presentaciones que cuestionaban la fuerte represión que ejercía el gobierno entonces.
Posteriormente, mientras dejaba a un lado la profesión de abogado, su carrera humorística despegó con la llegada a la televisión ucraniana en medio del cambio de siglo, y su nombre tomó tanta fuerza que llegó a participar en reconocidas películas en Ucrania y en Rusia.
Uno de los personajes más reconocidos de Zelensky fue su protagónico en la serie de televisión El sirviente de la gente, en la que interpretó a Vasily Golorobdko, un profesor que inesperadamente llega a la Presidencia de Ucrania después de aparecer en un video viral en el que se queja de la corrupción.
Él mismo dijo en una entrevista con la BBC que el éxito del show se debe, precisamente, a que la gente quiere ver a un presidente como el personaje.
Por tal razón, el 31 de diciembre decidió lanzarse a la Presidencia de Ucrania por medio de un video que se tornó viral y que fue retransmitido por una cadena privada (en lugar del mensaje del presidente Poroshenko), dejando en claro que no era una estrategia de publicidad ni una broma.
«Cuando anuncié que me presentaba a la Presidencia, me calificaron de payaso. Soy un payaso y estoy orgulloso de ello», declaró entonces.
Sus partidarios creen que Zelenski trae una bocanada de aire fresco a la política ucraniana, mientras que sus detractores denunciaron un programa confuso y una falta de experiencia peligrosa para un país en guerra.
Ante las críticas, Selenski se rodeó de asesores reformistas y aseguró que quiere mantener el rumbo prooccidental en su país, a la vez que negocia con Rusia, por medio de la participación de Estados Unidos, para resolver el conflicto en el este de Ucrania.
El presidente electo también es acusado de ser una marioneta del oligarca Igor Kolomoiski, enemigo del presidente Poroshenko y propietario de la cadena de televisión que emite su programa, lo que el actor ha desmentido repetidamente.
Cierto es que la tarea de gobernar no se prevé sencilla para el comediante, pues el país de 45 millones de habitantes está inmerso en una fuerte crisis económica y lidia una histórica guerra contra separatistas prorrusos en el este del territorio, que ha dejado más de 13.000 muertos en 5 años.
Este conflicto, además, es motivo de las continuas tensiones con la vecina Rusia, que anexó en 2014 la península ucraniana de Crimea, un territorio que las dos naciones se disputan desde la disolución de la Unión Soviética en 1991.