El fin de semana decenas de autobuses de transporte especial llegaron a Cúcuta y otros municipios fronterizos con ciudadanos venezolanos procedentes de Bogotá, Soacha y otros lugares donde la situación generada por el aislamiento preventivo obligatorio los ha dejado sin techo y sin su sustento diario. Al menos unas 2.000 personas llegaron en esos autobuses durante el fin de semana.
El gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, le dijo a El Tiempo que luego de superar los problemas de la contaminación, cuando empezaban a concentrarse en las acciones contra la pandemia del coronavirus, se encontraron con el problema de los venezolanos que buscan regresar a su país.
“Nos encontramos con que de forma repentina, descoordinada y peligrosa se ha venido registrando un flujo de migrantes venezolanos, que no sabemos con certeza su procedencia, y que desde los últimos días están llegando a nuestro departamento con el objetivo de volver a su país”, afirmó el mandatario seccional.
En Norte de Santander se estima que hay unos 200.000 migrantes, 96.000 de ellos en Cúcuta. Las autoridades dicen que existe un subregistro pues por la cercanía a Venezuela, la presencia de más de 39 trochas y 7 grupos criminales, por allí entran miles de personas de forma irregular.
Desde que se cerró la frontera, cuando se decretó la emergencia nacional por el covid-19, han regreso cerca de 40.000 venezolanos. Serrano admite que hay un mayor control del Ejército y la Policía y que eso les da un poco de tranquilidad, pero teme que la situación se desborde aumentando los problemas que ya tiene su departamento, sumando a esto la falta de recursos para atender a toda la población migrante.
“La mayoría de ellos (los migrantes) ha pasado hacia Venezuela. Pero no podemos ser irresponsables y descartar que, por la falta de control de la movilidad en las carreteras, algunos logren tomar la decisión de permanecer aquí cerca a su territorio y eso sería muy grave para la situación en la que ya se encuentra esta región, dijo Serrano.