En la guerra y en la paz, los símbolos son importantes.
Así que cuando este miércoles el presidente ruso Vladimir Putin recibió en Moscú al jefe de la diplomacia china, Wang Yi, los dos se sentaron a ambos lados de una gran mesa ovalada en la que, estirando un poco el brazo, podrían haberse estrechado las manos.
Se trata de la misma mesa en la que hace un año, antes de iniciar la invasión de Ucrania, Putin recibía con frialdad a mandatarios occidentales como el francés Emmanuel Macron o el alemán Olaf Scholz, pero con una pequeña diferencia: entonces se colocaban —los colocaba— a los extremos largos del tablero, a bastantes metros de distancia.
China se ha convertido para Rusia, especialmente desde que se iniciara la guerra, en un socio fundamental.
Pekín ha absorbido gran parte de las exportaciones de hidrocarburos rusos, suavizando de esta forma el impacto de las sanciones occidentales sobre la economía del país euroasiático y, según Estados Unidos, China sopesa ahora la posibilidad de enviar armas y munición a Rusia, alegaciones que el gobierno de Pekín niega rotundamente.
En la reunión de este miércoles, ambos países han asegurado que están listos para profundizar en una cooperación estratégica y que podrían llegar a nuevos acuerdos comerciales en este año.
Pero ¿qué busca China exactamente de su relación con Rusia? ¿Actúa solo movida por el interés comercial o hay una estrategia política?
Seguridad regional
«Lo que más preocupa a China, y lo han dicho muchas veces, es que la situación de seguridad se descontrole en Eurasia», explica a BBC Mundo el profesor Rasmus Nilsson, de la Escuela de estudios eslavos y de Europa del este del University College de Londres (UCL).
China comparte una larga frontera con Rusia, pero también con otras repúblicas exsoviéticas cuya inestabilidad podría perjudicar al gigante asiático.
Pekín no tiene ningún interés en la guerra de Ucrania, asegura el académico, quien recuerda que el gobierno chino se posicionó firmemente en contra cuando Putin mencionó al principio del conflicto la posibilidad de llegar a usar armas nucleares.
Pero la pretendida neutralidad que el Partido Comunista de China ha defendido desde el inicio de la guerra se hace cada vez más difícil de sostener.
«El gobierno de Xi Jinping ve a Rusia como un enemigo en primera línea de combate contra la influencia estadounidense. Una nación que, al igual que Corea del Norte, puede considerarse un paria internacional, pero que sirve para un propósito geopolítico útil», analiza el corresponsal de la BBC en China, Stephen McDonell.
La relación entre ambos países desde la Guerra Fría ha sido problemática, asegura el profesor Nilsson. Deng Xiaoping introdujo a China en el mercado mundial y a partir de los años 2000, el gigante asiático se nutrió del mercado ruso para abastecerse de productos tecnológicos.
Pero, desde hace más de una década, China ya no necesita a Rusia para este tipo de productos, y en Pekín son muy conscientes de que «la economía rusa no se encuentra en buen estado ni lo estará por muchos años», afirma el académico de UCL.
El motivo no son las sanciones, prosigue, sino que viene de antes, «son problemas económicos estructurales que ya estaban ahí antes de febrero del año pasado».
Por lo tanto, si Rusia no es el socio económico ideal, China no puede tampoco desvincularse de Occidente: «Xi Jinping lo ha dicho muchas veces, queremos una relación con Occidente, porque es donde está el impacto económico».
China es el socio comercial más importante de Rusia
Sin embargo, China tampoco ha desperdiciado la ocasión de abastecerse de hidrocarburos a bajos precios.
Tras la invasión rusa de Ucrania hace un año, muchos países occidentales impusieron estrictas sanciones a Rusia, prohibiendo, por ejemplo, la importación de petróleo o la exportación de productos tecnológicos.
Muchas empresas occidentales rompieron lazos con Rusia, cuyo comercio con Estados Unidos, la Unión Europea o Reino Unido se desplomó a lo largo de 2022.
En ese tiempo, el comercio de China con Rusia ha alcanzado la cifra récord de US$190.000 millones, un aumento del 30% con respecto a 2021.
Las importaciones rusas de China aumentaron un 13% hasta los US$76.000 millones, y las exportaciones hacia China crecieron en un 43% hasta los US$114.000 millones.
China se ha convertido de esta forma en el principal socio comercial de Rusia.
¿Cuánto gas y petróleo está China comprando a Rusia?
Los hidrocarburos son una fuente fundamental de financiación para el gobierno ruso. Casi la mitad de sus ingresos proceden del gas y el petróleo, y su venta a los países de la Unión Europea se ha desplomado debido a las sanciones.
Parte de estas pérdidas se han compensado aumentando las ventas en Asia.
Rusia exportó el doble de gas licuado de petróleo a China en 2022 con respecto al año anterior. También envió un 50% más de gas natural a través del gaseoducto Poder de Siberia, que empezó a operar en 2019, y un 10% más de crudo.
Ambos países han acordado la construcción de un nuevo gaseoducto, el Poder de Siberia 2, para expandir sus vínculos energéticos.
El G7, la Unión Europea y Australia han tratado de imponer un tope al precio del petróleo ruso que se transporta vía marítima, pero China se niega a acatar esta imposición y compra crudo ruso a precios de mercado.
«China sabe que está recibiendo esos hidrocarburos con grandes descuentos, es puro negocio. Y, claro, si estás haciendo negocio con alguien, no vas a gritarle», asegura el profesor Rasmus Nilsson, quien considera que no se trata de una forma de apoyo a Rusia, sino «de conseguir energía barata. China e India (el otro gran destino de los hidrocarburos rusos) están siendo muy cínicos con esto».
¿Está China enviando armas a Rusia?
China se ha convertido en el cuarto mayor exportador mundial de armas y, según Washington, empresas chinas ya han proporcionado «apoyo no letal» a Rusia.
Estados Unidos asegura que tiene información de que pronto también abastecerán a Moscú de «apoyo letal».
El material de guerra que fabrica China es, además, cada vez más sofisticado.
«Sus drones, por ejemplo, son una de las áreas en las que Rusia estaría muy interesada», explica a la BBC Siemon Wezeman, del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Suecia).
Aunque China no ha suministrado abiertamente armas a Rusia, es posible que le esté vendiendo en secreto productos de alta tecnología que podrían usarse con fines militares, asegura Maria Shagina, experta en sanciones económicas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.
Según la analista, existen pruebas de que China se ha convertido en el mayor exportador de semiconductores a Rusia, a menudo a través de empresas fantasma en Hong Kong o Emiratos Árabes Unidos.
«Algunas empresas chinas también están suministrando drones civiles, explotando la zona gris entre fines militares y civiles», afirma Shagina.
Esto se suma a los componentes electrónicos para radares de misiles antiaéreos que el Centro de Estudios Avanzados de Defensa, con sede en EE UU, asegura que están vendiendo empresas chinas a Rusia.
Estados Unidos también ha impuesto sanciones a una compañía china que supuestamente proporcionó imágenes de satélite para apoyar a las fuerzas mercenarias rusas que pelean en Ucrania.
Sin estrategia
Moscú, según el profesor Nilsson, es consciente de que China se está aprovechando económicamente de Rusia y de que se encuentra en una posición débil: «si te consideras una gran potencia, no quieres depender de nadie y, ahora mismo, francamente, Putin está medio mendigando a los chinos y a los indios».
El profesor resume así la situación: «los chinos quieren paz y que las cosas se estabilicen, energía barata y que los estadounidenses no sean demasiado fuertes. Los rusos quieren cualquier ayuda que puedan obtener ahora mismo. No hay una estrategia y, mientras no la tengan, necesitan a los chinos».
Las propias tensiones que se están viviendo en el interior de Rusia como consecuencia de la guerra de Ucrania también preocupan al Partido Comunista de China, según el experto.
«China se enfrenta a problemas demográficos, la situación de Evergrande sigue ahí, han tenido grandes protestas relacionadas con la covid, Xi Jinping lleva ya bastante tiempo en el poder y tiene que maniobrar con las élites políticas. Tienen que reimpulsar la economía sea como sea y seguir construyendo relaciones económicas que, ahora mismo, Rusia no puede ofrecer. Lo último que necesita China ahora mismo es inestabilidad», afirma el profesor del UCL.
* Con reportería de Paula Rosas y el equipo de Reality Check de la BBC.
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