El presidente de Rusia, Vladímir Putin, preveé que se establecerá un nuevo acuerdo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para prolongar el acuerdo de reducción de la producción de crudo.
«Es posible. Pero vamos a analizar la situación a finales de marzo. Todo lo que hemos hecho con la OPEP ha ido en beneficio de la economía mundial», dijo Putin durante la Semana Rusa de la Energía.
Adelantó que, en caso de consenso entre la OPEP y el resto de exportadores, el acuerdo se prolongaría, «como mínimo, hasta finales de 2018».
El mandatario ruso llamó a ser «cautos», ya que el principal logro del pacto ha sido estabilizar el mercado, pero cualquier declaración puede romper ese frágil equilibrio, ahora que el precio ha ascendido hasta los 50 dólares el barril.
Ese llamado a la prudencia fue respaldado por el ministro de Petróleo iraní, Bijan Zangeneh, quien subrayó que aún es pronto para saber si será posible extender el compromiso y aseguró que habrá que esperar como mínimo hasta noviembre.
El acuerdo fue suscrito el pasado diciembre por los catorce miembros de la OPEP y otros 10 países que no pertenecen al grupo, liderados por Rusia, con el objetivo reducir la producción conjunta en 1,8 millones de barriles diarios para estabilizar los precios.
Putin destacó que todos están interesados en el éxito del pacto, desde productores a consumidores, ya que nadie quiere una nueva alza de los precios debido a la escasez de oferta, y que «prácticamente» todos los países firmantes cumplen lo acordado.
En cambio, el compromiso no es cumplido en su debida forma por todos los países, entre ellos Irak, Kazajistán, Emiratos Árabes Unidos y Malasia, entre otros, según datos recientes de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
«Rusia se comprometió a reducir la extracción en 300.000 barriles al día. Así lo hicimos. Estamos cumpliendo totalmente con nuestras obligaciones», señaló.
Advirtió de que el embargo turco e iraní a las exportaciones de petróleo del Kurdistán iraquí podría provocar en cualquier momento un indeseable aumento de los precios.
Putin destacó que el acuerdo, además de estabilizar el mercado, ha permitido el retorno de las inversiones al sector y ha allanado el camino a nuevos proyectos de cooperación tecnológica.
Aludió al caso de Libia, país que en su momento no apoyó el acuerdo, pero que ha reaccionado positivamente a sus resultados y se está replanteando sumarse a la reducción de la extracción.
De hecho, el ministro de Petróleo venezolano, Eulogio del Pino, aseguró en Moscú que el cartel mantiene negociaciones con varios países, como Egipto, Turkmenistán y varios Estados africanos, para que se sumen al esfuerzo global de estabilizar los precios.
«Estamos en permanente diálogo», declaró Putin, al tiempo que descartó que Rusia vaya a entrar a formar parte del cartel, al considerar que no es necesario para coordinar posturas con el resto de exportadores.
Al mismo tiempo, acusó a algunos países, en clara alusión a Occidente, de «competencia desleal» por utilizar las sanciones para promover sus intereses y perjudicar a sus competidores, como las restricciones impuestas al consorcio gasístico ruso Gazprom.
Con vistas al futuro, Putin estimó que el consumo de energía aumentará 30 % en los próximos veinte años y que las renovables serán la primera fuente de energía, pero,mientras, el carbón sigue ocupando el primer lugar, seguido por el petróleo.
Admitió que el gas continúa siendo un mercado regional y no mundial y destacó el estancamiento en la demanda de gas licuado y el incremento brusco del consumo de gas natural.
También se congratuló de las previsiones que apuntan a que la ruta ártica aumentará su importancia en los próximos años en el mercado mundial como alternativa al canal de Suez para el transporte de hidrocarburos, gracias a la flota de rompehielos atómicos y sobre todo al calentamiento global.
Putin adelantó que la reducción de la producción petrolera será abordada mañana con el rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdelaziz, que realiza su primera visita a este país.
El líder ruso resaltó que las relaciones con Arabia Saudí, junto a Rusia el mayor exportador mundial de gas y crudo, han cambiado «radicalmente» en los últimos tiempos y manifestó que la ventaja de Rusia en relación a Oriente Medio es que no practica un «doble juego» con los países de la región.
El acuerdo de reducción de la producción también fue tratado este miércoles en el Kremlin por Putin y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que en su intervención en el foro abogó por un nuevo mecanismo para «la formación de precios, que rompa con la especulación de los mercados de futuro».