El ex presidente y cabeza de lista de JxCat a las elecciones europeas, Carles Puigdemont, ha animado a Pedro Sánchez a formar un gobierno de coalición con Unidas Podemos, con apoyo soberanista, y se ha mostrado dispuesto a ofrecer estabilidad si se abre a negociar un referéndum en Cataluña.
Dentro del ciclo de entrevistas de Efe a candidatos al Parlamento Europeo para las elecciones del 26-M, Puigdemont ha subrayado que, como concepto político, JxCat siempre se ofrece a ayudar a la estabilidad política donde haga falta, una predisposición que, asegura, vale para España, para Europa, para Cataluña o para los ayuntamientos. «Venimos de una cultura política en la que, para nosotros, ni diálogo, ni pacto, ni coalición nos dan miedo», destacó, aunque puntualizó que, en el caso de la política española, ese posible entendimiento ahora mismo no depende de los independentistas.
Puigdemont, que huyó a Bélgica tras la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre de 2017 para escapar de la justicia española, ha instado al presidente en funciones del gobierno, Pedro Sánchez, a tomar la iniciativa y a buscar fórmulas de gobierno de coalición con Unidas Podemos y a abordar un referéndum de autodeterminación. A su entender, quien debe buscar la mayoría en el Parlamento es el candidato a la reelección. «Es él quien tiene un problema de números, por lo que, en función de su agenda, decidiremos».
El diálogo que, a su juicio, debe abrirse con Pedro Sánchez tiene que abordar el derecho a la autodeterminación de Cataluña, pues, afirmó, «los catalanes están unidos en querer decidir su futuro votando en un referéndum».
Según Puigdemont, es el momento de que un gobierno español reconozca una realidad que por ahora se empecina en negar. «Sería muy relevante que Sánchez reconociese la realidad de que hay millones de catalanes que quieren votar por su futuro, y una parte importante de estos millones de catalanes quieren votar por la independencia. Ninguna de las dos cosas es un crimen».
Este reconocimiento es, para el ex presidente de la Generalitat, una condición indispensable para poder alcanzar un acuerdo, y ha añadido otra: «El diálogo debe ser entre iguales y con respeto mutuo», sin que una parte de los que se sienten a hablar lo haga »con las manos atadas a la espalda y amenazado». Por lo tanto, afirmó, hay que esperar coraje de Pedro Sánchez. «Si tiene este coraje, nosotros lo vamos a tener también. Ya lo tuvimos en el pasado, cuando le dimos los votos para la moción de censura en unas condiciones muy difíciles para nosotros. Ya lo tuvimos cuando yo ofrecí al presidente Mariano Rajoy pactar un referéndum», recordó. Dijo que si el gobierno de Sánchez se abre a ese cambio de concepto, esto sería una novedad, y a esta novedad habría que corresponderle.
Puigdemont, que aseguró que en los últimos tiempos no se ha comunicado con Sánchez o su entorno, ni directa ni indirectamente, expresó sus preferencias con respecto al próximo Ejecutivo central. «No nos conviene un gobierno con el apoyo de Cs o de cualquier partido que apueste por un nacionalismo de Estado muy radical. Tampoco es bueno un gobierno del PSOE en solitario». A su entender, después de 40 años, en el Estado español se tendría que practicar lo que es una costumbre en muchas democracias europeas, que son los gobiernos de coalición. Y en este sentido, manifestó, la única fórmula con la que se pueden entrever escenarios de diálogo profundo sobre los derechos nacionales de Cataluña es un gobierno en el que pueda estar Unidas Podemos y que cuente con el apoyo de los grupos de cambio democrático político que también están presentes en el Congreso.
«Llega un momento en que España debe plantearse un gobierno de coalición», insistió Puigdemont, que hizo hincapié en un detalle: la suma de la primera y la segunda fuerzas en el Congreso, que antes del 28-A era de 222 diputados, ahora es de 189, lo que representa «un adelgazamiento del tronco central en torno al cual se articula el sistema político y eso puede ser una señal de inestabilidad».
Sobre el panorama que se abre ahora, después de que el PSOE salió reforzado y el independentismo perdió capacidad de influencia en las cortes, Puigdemont pidió cautela a la hora de evaluar si las condiciones son mejores o peores que antes. Hay que esperar, dijo, a escuchar a Sánchez para ver cómo se dirige al Congreso en busca de «la mayoría suficiente, no solo para ser investido sino también para gobernar, aprobar presupuestos y acometer las reformas que tiene pendientes el Estado».