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Promesas de la oposición venezolana al otro lado del Atlántico

por El Nacional El Nacional

Si el exilio tuviera una voz, probablemente la de cada uno de sus integrantes sería un matiz de ese coro nostálgico, pero enérgico y rebelde. Si Venezuela rondara los veintitantos, los treinta, bien podría haber cruzado el mismo océano que ellos cruzaron.

Desde hace meses, el país caribeño se halla inmerso en una crisis política que cada día parece más enredada. Mientras Nicolás Maduro se mantiene aferrado al poder, el presidente interino, Juan Guaidó, intenta poner en marcha el cese de la «usurpación” chavista –como dicen sus simpatizantes– recabando apoyo dentro y fuera de Venezuela. 

Entretanto, millones de ciudadanos venezolanos han ido saliendo del país desde hace años, convirtiéndose en la primera nacionalidad en el registro de solicitudes de asilo en España. Allí, la comunidad venezolana emigrada, o en el exilio, se ha organizado para convertirse en un verdadero interlocutor político.

Precisamente en Madrid, hogar adoptivo de una parte de este exilio venezolano, DW  entrevistó a cuatro de los rostros más jóvenes de la diversa oposición venezolana. Los cuatro pertenecen a partidos diferentes, pero les une una causa común: la voluntad de poner fin al régimen del presidente Nicolás Maduro. Otra pregunta es si más allá de eso, que no es poco, serían capaces de ofrecer una alternativa de país.

Luis Medeiros (Un Nuevo Tiempo)

Cuando Hugo Chávez llegó al poder, Luis Medeiros apenas tenía 5 años de edad. «Es prácticamente lo único que los jóvenes de mi generación hemos conocido”.

La transición hacia la democracia a la que aspira este joven «va a durar más de unas semanas”, dice, justificando los vanos intentos de Guaidó para motivar un levantamiento social que obligue al gobierno a capitular.

A juicio de este político de un partido miembro de la Internacional Socialista, «el mal llamado socialismo del siglo XXI no tiene nada de izquierda ni de progresista”.

Medeiros valora enormemente la «sólida relación” que su partido ha forjado con los socialdemócratas españoles del PSOE y con la gestión del ahora presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez.

España no solo es el actor europeo más influyente en Venezuela, sino que además se ha esforzado en mejorar la situación de los venezolanos residentes en su territorio, entre otras cosas con el reconocimiento de un visado humanitario a quienes se les ha negado el asilo político, o el reconocimiento de los pasaportes vencidos.

«La Unión Europea debe ser el garante de un proceso de negociación interno en Venezuela que conduzca a la salida del régimen usurpador”, subraya Medeiros. Y es que, en su opinión, la esencia de Europa es evitar enfrentamientos entre hermanos. Su objetivo último es poder volver «para reconstruir nuestro país”.

Álex Ojeda (Primero Justicia)

«Venezuela atraviesa una situación de crisis profunda que no se ha visto en Latinomérica en las últimas décadas”, comienza a decir con firmeza Álex Ojeda, miembro del partido Primero Justicia.

El Ejecutivo «no es un gobierno como tal”, afirma a DW, «sino un grupo político que ha decidido secuestrar al Estado y utilizar su riqueza en favor propio”.

El joven político cree, no obstante, que «en los últimos meses no le ha quedado más remedio que encerrarse y recurrir a la represión”.

Ojeda se muestra convencido de una cosa: «La caída de Maduro es un hecho que va a ocurrir más temprano que tarde”. No explica qué va a hacer eso posible, pero hace referencia a una supuesta voluntad de cambio en la población venezolana y confía a ciegas en Juan Guaidó: «Su fracaso no sería el de un grupo político, sino el de todo un país”.

Sin embargo, también considera que Bruselas y las demás capitales podrían hacer algo más para contribuir a que el engranaje termine de girar por completo, a vencer sus resistencias.

Pide más coordinación entre países europeos con el Grupo de Lima. «Hay que incrementar la presión, que puede incluir medidas de todo tipo”. No dice a qué medidas hace referencia. Pero insiste en la necesidad de «ser muy severo con Maduro”.

Al respecto, no obstante, se muestra convencido de que «hay mucha simpatía con la causa de la democracia venezolana”. Aunque no deja de mirar a los gobiernos europeos con expectación.

Josua Méndez (Voluntad Popular)

«No tenga duda de que vamos a salir de aquí”, dice a DW Josua Méndez, de Voluntad Popular. Si se le pregunta sobre cómo podría Guaidó vencer la lealtad que el Ejército venezolano –pieza clave del ajedrez de esta crisis– ha demostrado una y otra vez a Maduro, afirma: «Esa supuesta lealtad que le tienen al usurpador es una lealtad condicionada, ya que dentro de las fuerzas armadas hay militares cubanos que obligan a los militares venezolanos y no les permiten decir su opinión sobre lo que pasa en el país”.

Méndez reconoce que el presidente interino está teniendo dificultades, pero matiza que «lo que ha ido cuesta arriba es poder conseguir esa conciliación entre distintas partes”.

Este joven es quizás el más crítico de los cuatro con el papel de Europa: «Han ratificado a Guaidó, pero han tenido una posición endeble a la hora de tomar medidas de fuerza contra el régimen de Maduro”. Méndez pide firmeza a la hora de reconocer el pleno derecho «de nuestro presidente Guaidó” y sanciones económicas «para las personas que están haciendo negocio con el dinero de los venezolanos”.

José David Morales (Acción Democrática)

«Estamos viendo cómo los hermanos en Venezuela están muriendo de inanición”, apremia el último de los entrevistados, José David Morales, de Acción Democrática.

De todos ellos es el que mantiene un discurso más institucional. No en vano pertenece al mismo partido que el «embajador” de Guaidó en España, Antonio Ecarri. Destaca el «papel positivo” de este último, así como del representante en Alemania, Otto Gebauer. «Es un trabajo muy delicado”.

«Tenemos que tener mucha paciencia”, responde a DW al ser preguntado sobre cómo podrá la oposición sacar al país de una situación de aparente impasse político. No admite que se ponga en duda la legitimidad del presidente interino e insiste en dar tiempo al tiempo.

«Esto no se materializa de la noche a la mañana». En eso también parecen estar todos de acuerdo, aunque sea por resignación. Insiste en el liderazgo de Guaidó: «Es la mejor opción y es la única opción”.

Mirando a España y a Europa, confiesa que «estamos esperando a que se materialicen más acciones”.

Si espera algo en concreto, no lo dice. «Sin el cese de la usurpación, no podemos seguir adelante”. Es el primero de los tres pasos de la hoja de ruta que se ha marcado Guaidó. Para él, es eso o nada.