Pakistán celebrará elecciones anticipadas para elegir un nuevo gobierno, luego de que el primer ministro Imran Khan desbaratase un intento de la oposición para que renuncie.
En una jornada de alta tensión, el vicepresidente de la Asamblea Nacional se negó a llevar a votación una moción de censura contra Khan, que minutos después apareció en la televisión para pedir la disolución de esa institución y comicios anticipados.
El pedido de Khan fue aceptado por el presidente de Pakistán, Arif Alvi, lo que significa que se celebrarán elecciones dentro de los próximos 90 días.
Este golpe de escena tiene lugar en un momento en que Khan se encuentra en muy mala posición, ya que perdió hace unos días la mayoría parlamentaria necesaria para evitar su caída, exigida por la oposición que lo acusa de mala gestión gubernamental y de una errática política exterior.
«Convocaremos a la gente, organizaremos elecciones y dejaremos que la Nación decida», declaró Khan en la televisión, luego de que el vicepresidente de la Asamblea, Qasim Suri, un aliado suyo, frenó la moción de censura contra el gobierno.
«Esta moción de censura es contraria a la Constitución» y está inspirada por «potencias extranjeras», dijo Suri al rechazar llevar la votación la iniciativa, provocando la reacción de los diputados.
El partido de Khan, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI, Movimiento de Pakistán por la Justicia), perdió su mayoría parlamentaria la semana pasada, cuando una fuerza aliada declaró que sus siete diputados se pasaban a la oposición.
Más de una decenas de diputados del propio PTI también cambiaron de bando, a pesar de que la dirección del partido haya intentado impedirles que voten a través de recursos judiciales.
La policía había bloqueado el domingo las calles de acceso a la Asamblea Nacional con la ayuda de contenedores, luego de que Khan convocase la víspera a sus seguidores a manifestarse de manera pacífica contra lo que calificó de «conspiración» organizada en el extranjero para expulsarlo del poder.
Acusaciones de injerencia
El primer ministro había acusado a Estados Unidos de injerencia en los asuntos paquistaníes.
Según medios locales, Khan recibió un informe del embajador paquistaní en Washington, que grabó a un alto funcionario estadounidense diciéndole que las relaciones entre los dos países serían mejores si el primer ministro dejaba el cargo. Washington negó esto.
Khan acusa a Estados Unidos de querer su renuncia porque se niega a alinearse con las posiciones estadounidenses respecto a Rusia y China.
De 69 años de edad y exgloria del críquet, Khan atraviesa su crisis política más grave desde que llegó al poder en 2018, en medio de una inflación galopante, con la rupia (la moneda nacional) debilitada y una deuda aplastante.
Desde la independencia en 1947, Pakistán vivió cuatro golpes de Estado militares exitosos y pasó más de tres décadas gobernado por el ejército.
Ningún primer ministro de Pakistán completó jamás su mandato.
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