El presidente del Congreso de Brasil, el senador Rodrigo Pacheco, pidió este domingo castigar de forma «urgente» y con el «rigor de la ley» a los radicales bolsonaristas. Los cuales han invadido las sedes del Parlamento, la Presidencia de la República y la Corte Suprema, en Brasilia.
«Repudio vehementemente estos actos antidemocráticos, que deben sufrir el rigor de la ley con urgencia», afirmó Pacheco, en un mensaje publicado en sus redes sociales.
El senador informó que está en «contacto permanente» con el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha. Este le aseguró que «está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial» para «controlar la situación».
«En la acción, están empeñadas las fuerzas de seguridad del Distrito Federal, además de la Policía Legislativa del Congreso», añadió Pacheco.
Cientos de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, que desconocen la victoria en las elecciones de octubre pasado del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió el poder el 1 de enero, marcharon este domingo por Brasilia e invadieron las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema.
Según videos que circulan en las redes sociales, los radicales, que en los últimos meses han acampado a las puertas de los cuarteles. Esto para exigir una «intervención» militar que impidiera la toma de posesión de Lula. Han provocado destrozos de diversa consideración en el interior de esos locales.
Presidente del Congreso de Brasil pidió castigar «con urgencia» a radicales
Cientos de simpatizantes de Bolsonaro siguen todavía ocupando la Plaza de los Tres Poderes, donde se encuentran la Corte Suprema y la Cámara de Diputados. También el Senado y el Palacio de Planalto -sede del gobierno-. Todos cercados por una multitud vestida con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña.
Lula no se encontraba en Brasilia este domingo. El dirigente progresista viajó a Araraquara, en el interior de Sao Paulo, para analizar los daños provocados por las fuertes lluvias en la región.
Bolsonaro, capitán retirado del Ejército y nostálgico de la dictadura militar (1964-1985), está actualmente en Estados Unidos. Él viajó dos días antes de la investidura de Lula sin previsión oficial de vuelta.