El presidente de Perú, el izquierdista Pedro Castillo, decidió este viernes «recomponer» su gabinete ministerial, lo que implica la salida del repudiado nuevo primer ministro, Héctor Valer Pinto, al que juramentó hace apenas tres días.
«He tomado la decisión de recomponer el gabinete ministerial», anunció Castillo en un breve mensaje al país por televisión, sin mencionar a Valer, quien estaba cuestionado por la oposición -e incluso por colegas ministros- tras la revelación de que fue denunciado por supuesta violencia doméstica en 2016.
El próximo gabinete (de 19 miembros) que designe Castillo será el cuarto en sus seis meses en el poder, que se han caracterizado por tropiezos propios y pugnas internas en el gobierno, así como embates de la derecha radical, que intentó abrirle un juicio de destitución, que fue desestimado en diciembre por el Congreso.
«Esperamos que la recomposición de su Gabinete, el cuarto […] sí cuente con los perfiles que el país necesita», escribió en su cuenta de la red Twitter la presidenta del Congreso, la opositora María del Carmen Alva, quien horas antes había pedido a Valer que diera «un paso al costado».
Además, tres ministros de Castillo también habían cuestionado a Valer, entre ellos el nuevo canciller, César Landa, quien tuiteó: «el ejercicio público requiere de funcionarios libres de esas denuncias».
«No soy un maltratador»
Abogado y parlamentario de 62 años, Valer quedó en entredicho luego de que varios medios limeños publicaran el jueves que su esposa y su hija universitaria lo denunciaron en 2016 por supuesta violencia familiar.
«No soy un maltratador», reaccionó el político, quien dijo que nunca fue condenado por violencia familiar y afirmó que seguiría al frente del Consejo de Ministros, salvo que el Congreso le negara el voto de confianza.
Tras la ola de repudio, parece impensable que el Congreso, dominado por la oposición, otorgue el voto de confianza al gabinete encabezado por Valer.
Castillo no mencionó la ola de repudio hacia su primer ministro y afirmó que decidió recomponer el gabinete porque el Congreso se negó al pedido de Valer de debatir este sábado el voto de confianza al equipo ministerial designado el martes.
Usualmente, el voto de confianza lo debate en pleno del Parlamento al cabo de tres o cuatro semanas y los partidos opositores habían adelantado que se le negarían al equipo encabezado por Valer.
La reonocida académica e historiadora Carmen McEvoy lamentó que Castillo no admitiera que fue un error designar a Valer. «Qué se puede esperar de un presidente que no sabe pedir disculpas por nombrar a un abusador de Premier», tuiteó.
Fuego amigo
Valer admitió el jueves que en el pasado tuvo problemas con su hija universitaria. Sostuvo que le llamó la atención varias veces como cualquier padre, pero negó haberla golpeado.
Según el diario El Comercio, la esposa y la hija denunciaron que «fueron agredidas por Valer» en su casa en Lima, el 21 de octubre de 2016. En una comisaría la hija declaró que su padre «le propinó bofetadas, puñetes, patadas […] y jalones de los cabellos».
Una jueza ordenó en febrero de 2017 «medidas de protección» para la esposa porque había «indicadores de maltrato corporal», pero no para la hija, según el mismo periódico. Versiones similares publicaron otros medios peruanos.
Valer también recibió ‘fuego amigo’ de parte del canciller Landa y del ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez, quien le pidió en Twitter que diera «un paso al costado».
Además, el jueves el Ministerio de la Mujer expresó su rechazo a la violencia familiar «venga de quien venga, sin importar posición política».
Castillo había nombrado esta semana su tercer equipo de gobierno tras la sorpresiva dimisión de la anterior primera ministra, Mirtha Vásquez, por desacuerdos sobre ascensos en la Policía.
Cargo volátil
El cargo de «presidente del Consejo de Ministros» de Perú, creado en 1856, da mucho poder y prestigio, pero es muy volátil. Desde el año 2000, han sido designados 30. En 2020 uno duró 20 días y otro apenas cuatro, uno más que Valer.
En la práctica es el número dos del Ejecutivo, porque el vicepresidente no tiene responsabilidades ni salario en este país mientras el presidente está en funciones, aunque lo sucede si debe dejar el mando anticipadamente.
Así, la vicepresidenta de Castillo, Dina Boluarte, ejerce paralelamente como ministra de Desarrollo Social, lo que implica que en la práctica está subordinada al primer ministro.
Valer fue elegido al Congreso en 2021 en la lista del partido ultraderechista Renovación Popular, pero fue separado de la formación por exigir que se respetara el resultado del balotaje ganado por Castillo frente a Keiko Fujimori, mientras sus camaradas denunciaban un supuesto «fraude» en la votación.
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