El hondureño Jorge Canahuati Larach, nuevo presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), afirmó que la libertad de prensa en la región ha retrocedido en los últimos años debido al auge de líderes políticos que atacan a los medios de comunicación.
Canahuati Larach asumió por un año la presidencia de la SIP el viernes 23 de octubre, en reemplazo del jamaiquino Christopher Barnes, director de The Gleaner Company, de Jamaica. Una de las misiones principales de la SIP es la constante defensa de la libertad de prensa como organización hemisférica, con unas 1.300 publicaciones americanas afiliadas y con sede en Miami, Florida.
De 64 años de edad, casado, con cuatro hijos e involucrado en el periodismo desde 1979, Canahuati Larach es presidente de la Organización Publicitaria S.A. (OPSA), empresa privada que edita en Honduras los periódicos El Heraldo y La Prensa, revistas y otros medios.
En la 76 Asamblea General, del 21 al 23 de este mes y por vía virtual debido a las restricciones impuestas por el coronavirus, la SIP recibió múltiples reportes sobre el deterioro de la libertad de prensa en América.
—¿Está la libertad de prensa en México en una zona de cuidados intensivos?
—Yo le podría decir que sí. Tiene muchísimos retos. Está con muchos ataques. Es el país que lidera la cantidad de asesinatos de periodistas, y peor aún, donde campea la impunidad. Esos crímenes no son castigados y, por ende, promueven más asesinatos. La estigmatización que está haciendo también el presidente López Obrador es incorrecta.
Hay dudas también sobre cómo el Estado mexicano está adjudicando o compartiendo la publicidad. Por muchos lados la libertad de expresión, en México, está siendo socavada.
—¿Cuál es el riesgo, a corto y mediano plazos, por el asedio de López Obrador a periodistas y medios independientes que son críticos con el gobierno mexicano?
—Más autocensura, por los riesgos corporales o por toda la presión que puede venir. Hay medios y periodistas mexicanos muy valientes, pero todo esto crea un entorno que no es bueno para ejercer el periodismo.
Se levanta el riesgo de ataques a los periodistas por esa estigmatización, que no es solo de López Obrador: se está viendo con mucha frecuencia en otras partes del hemisferio. Las sociedades estamos obligadas más que nunca a entender la importancia de los medios de comunicación en la vida democrática de los países.
La democracia, las sociedades, los países, todos perdemos si se debilitan los medios. Son importantes para buscar soluciones, que pueden ir desde apoyo popular hasta impulso a gobiernos, siempre y cuando estén claros de que no hay ninguna intromisión en la independencia de los medios y en el manejo de su línea editorial.
Ahora más que nunca esa concientización se debe dar. Los medios jugamos un rol importante en la pandemia, en cuidar las democracias y manejar el balance de poderes, y debilitándonos, todos perdemos.
—¿Cree que hay un retroceso permanente de la libertad de prensa con casos reincidentes como Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero con peligros nuevos para el libre ejercicio del periodismo en El Salvador, Honduras, Colombia, Brasil y otros países por el acoso gubernamental?
—No hay duda de que la libertad de expresión en los últimos años ha retrocedido por la asunción al poder de presidentes populistas y totalitarios que atacan a los medios y con diferentes grados. Ahí están (Donald) Trump en Estados Unidos y (Jair) Bolsonaro en Brasil, (Nayib) Bukele en El Salvador o (Andrés Manuel) López Obrador en México.
Los asesinatos (de periodistas) no han mermado. Este año se registran 14 o 15, con seis en México. El acceso a la información se deteriora y la pandemia creó una excusa para los gobiernos a fin de limitarla. El año 2020 es en el que más se ha deteriorado el ejercicio de la libertad de expresión.
—¿Cuál es el impacto de la pandemia de covid-19 en la industria periodística?
—La pandemia profundiza esa tendencia a retroceder y debilita a los medios. Lo que pensábamos que iba a ocurrir en 2025, se vino en 2020. La industria (de medios) venía sufriendo desde antes por la transformación digital. La pandemia ha creado mayor estrés financiero y económico en los medios que ya venían obligados a reducir sus gastos.