El presidente de Burundi, Evariste Ndayishimiye, reivindicó este viernes la lapidación de las parejas homosexuales, en un discurso muy duro contra aquellos que aman a personas del mismo sexo.
«Personalmente, pienso que si veo a ese tipo de individuos en Burundi, deberíamos ponerlos a todos en un estadio y lapidarlos. Y no resultaría un pecado para aquellos que lo hicieran», lo de lanzar piedras, dijo Ndayishimiye, tras ser preguntado sobre esa cuestión en un acto en el este del país africano.
Conocido por su conservadurismo cristiano, Burundi reprime la homosexualidad con duras leyes desde 2009, que castigan con penas de más de dos años de prisión por mantener relaciones consentidas entre personas del mismo sexo.
Ndayishimiye, que es un católico practicante, tachó la homosexualidad de «práctica abominable».
También criticó a los países occidentales que suelen denunciar la hostilidad que sufre la comunidad gay en muchos Estados africanos.
En África Oriental, así como en otras partes del continente, las personas LGBTQ+ están discriminadas en el seno de sociedades conservadoras, tanto en los países con una mayoría de la población cristiana como en aquellos en que predomina la musulmana.
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