El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca fue rescatado del olvido por Estados Unidos y otros 11 países. El miércoles eligieron ese mecanismo, que data de 1947, como una opción para hacer frente a la crisis en Venezuela.
12 países votaron en la OEA a favor de la activación del órgano de consulta del TIAR, que podría abrir la puerta a una intervención militar en Venezuela.
19 cancilleres de los Estados que integran ese mecanismo fueron convocados a una reunión a finales de septiembre para tratar el impacto desestabilizador de la crisis venezolana.
Cinco países se abstuvieron de firmar la resolución de convocatoria y uno de ellos fue Perú.
José Boza, representante permanente de Perú en la OEA, explicó a El Comercio desde Washington que Perú respaldó una enmienda al texto propuesta por Costa Rica, que pedía que se excluyera de manera expresa la posibilidad de recurrir a la fuerza.
Sin embargo, dicha enmienda no fue aprobada.
“Nos abstuvimos porque nuestro énfasis es defender la salida pacífica a la crisis venezolana. Perú, y lo ves en todas las declaraciones del Grupo de Lima, ha sido consistente en respaldar una solución pacífica a la crisis. Nosotros buscamos preservar, asegurar y evitar que se descarrile la solución pacífica”, afirmó.
Boza señaló que el hecho de que Perú no firmara la resolución «no afecta en nada el apoyo decidido, firme y constante a la Asamblea Nacional y a la lucha contra la dictadura. Eso no está en discusión”, dijo.
“Perú reafirmó su compromiso de continuar contribuyendo con toda iniciativa dirigida a que el pueblo venezolano logre recuperar de manera pacífica su democracia”, agregó Boza.
El diplomático hizo énfasis, además, en que varios países que votaron a favor de la convocatoria del TIAR expresaron que no están dispuestos a que se recurra a la fuerza. “Una mayoría de países tenemos eso claro”, apuntó.
Para el analista internacional Óscar Vidarte, con la votación del TIAR quedó demostrado que existe un grupo de países que desde un inicio ha estado convencido de que lo más efectivo es usar mecanismos mucho menos diplomáticos y mucho más coercitivos ante la crisis y en ese grupo no ha estado Perú.
“Perú ha sido muy claro al afirmar que el uso de la fuerza no es la salida. Puede causar peores daños en Venezuela, además de ser claramente ilegal. Por eso Perú, junto con otros países, quería ser claro y decir ‘bueno estoy dispuesto a apoyar la aplicación del TIAR, pero diciendo claramente que no se va a usar el uso de la fuerza”, manifestó Vidarte a El Comercio
“Un muerto viviente”
El TIAR se firmó el 2 de setiembre de 1947 en Río de Janeiro en la Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente después de la Segunda Guerra Mundial y al comienzo de la Guerra Fría.
Su finalidad es garantizar la defensa colectiva ante un ataque eventual de una potencia de otra región y decidir acciones conjuntas en caso de un conflicto entre dos Estados partes del pacto.
Por ello, Vidarte apunta que lo que estamos viendo ahora es un uso poco claro del TIAR.
“El TIAR no está hecho para este tipo de situaciones. Es un tratado completamente ilegítimo, no se utiliza, es un muerto viviente al que están usando en el caso venezolano. Lo importante acá es que el documento del TIAR dice que puede tomar una serie de medidas, entre ellas el embargo, la ruptura de relaciones, hasta el uso de la fuerza. Eso es lo importante, el resto no importa porque la verdad es que el caso venezolano no parece encajar en la naturaleza del TIAR”, afirma.
El analista está convencido de que la posibilidad de que se aplique el uso de la fuerza en Venezuela es muy remota. Lo que los países del TIAR van a terminar haciendo es aplicar medidas intermedias, embargos económicos, como ya lo hace Estados Unidos en contra del país.
Además, advierte que lo ocurrido este miércoles denota un debilitamiento del liderazgo peruano y una fractura en el Grupo de Lima.
«Con esto estamos viendo cómo el Grupo de Lima se está fracturando entre dos posiciones. Lo que no entienden es que al romper la unidad regional contra Venezuela y fracturar a la región, el único que se beneficia es Nicolás Maduro”, señala el internacionalista.