Amplia polémica causó una invitación por parte del Ministerio de Cultura a propósito de los 50 años del robo de la espada de Bolívar por el M-19, hecho que sirvió de acto fundacional para dicho grupo guerrillero. La acción fue denominada por la cartera como «recuperación» en la invitación, en la que también se anunció que habría un recorrido por el Museo Nacional para observar varias piezas relacionadas con la historia del grupo guerrillero en el que militó el actual Presidente, Gustavo Petro.
La vinculación con el primer mandatario fue asumida de mala manera por la oposición, que vio en el evento, que se celebrará entre hoy y mañana, como un intento por reescribir la historia y de reivindicar al grupo guerrillero. El acto fue asumido como una conmemoración, por lo que hubo amplia polémica en redes sociales.
Ante el debate generado, el director del Museo Nacional, William Alfonso López, explicó el objetivo del evento y rechazó cualquier intención de reivindicar la acción armada. Asimismo, aclaró que no se trata de una conmemoración sino de un «acto de memoria». Este fue el diálogo que tuvo con El Tiempo.
Lo que estamos tratando de traer la presente es el lenguaje con el que se habló del hecho en ese momento. Además buscamos que ese lenguaje se traiga al contexto de procesos de paz que hay en la actualidad. Hablar de la espada de Bolívar en este contexto de paz es muy importante. Es una variable posible que podemos usar hoy en este proceso de paz tan álgido, pugnaz, pero tan necesario que tenemos que llevar como país.
Cuando cuestionan que los museos reflexionen sobre hechos que son de indudable incidencia histórica, están invitando a una labor de amnesia y de olvido. Ese no es el papel de los museos contemporáneos. Cuando se dice que estamos conmemorando o celebrando es una visión bastante antigua del papel de los museos. Los museos no son espacios meramente monumentalistas. En ese sentido es muy importante dar estas discusiones donde está en juego la noción de patrimonio, memoria histórica y la noción misma del museo. No estamos celebrando, por eso no hablamos de conmemoración. Nosotros sí hemos conmemorado los 200 años de fundación del museo. Eso sí se celebró. Hay otros hechos que no conmemoramos pero sí hacemos actos de remembranza.
Del Ministerio de Cultura no recibimos una directriz de ningún orden para esto. Pero sí pensamos que era importante hacer un llamado de atención sobre la posibilidad de reflexionar sobre la construcción de paz en el país. Es clave pensar que la espada de Bolívar sirvió como un objeto que articulaba una iniciativa insurgente y cuando traemos la espada de Bolívar nuevamente a la Quinta de Bolívar y reflexionamos sobre el hecho podemos ver cómo este mismo objeto puede tener otros sentidos y ser entendido también como fundamental para la construcción de la democracia.
El hecho marcó de forma significativa la historia contemporánea colombiana. No estamos recordando desde el grupo insurgente. Estamos llamando a personas que pertenecieron a ese grupo porque tienen un papel fundamental en los procesos de paz que está liderando el presidente Petro. No estamos tomando partido. Estamos tratando de construir una memoria compleja. Como se dan cuenta, en nuestras redes hemos tratado de rescatar la memoria de Candelario Obeso y otros personajes en los que necesitamos tener unas remembranzas críticas. Asimismo tenemos otras series de recordaciones que nos parecen claves de situar a la memoria como un objeto complejo. También buscamos que los museos sirvan como plataformas para tener conversaciones difíciles.
Tenemos una agenda que es muy abierta. Tenemos una conversación y un pequeño acto que tiene una discusión abierta sobre la exposición permanente del Museo Nacional y que desde hace nueve o diez años tiene un discurso muy crítico y complejo de ese momento tan álgido de la historia colombiana como fue los fines de los 60. Por otro lado hay una serie de charlas que convocan a la reflexión. Es una agenda fundamentalmente crítica y reflexiva.
Se trata de un evento político. No le estamos huyendo a su dimensión política. Pero no es un evento de proselitismo político. Todo el andamiaje que hemos construido para el evento es un andamiaje crítico. Los museos no pueden ser escenarios de defensa de uno u otro proyecto ideológico. Los museos estamos dentro del Estado para reflexionar sobre el patrimonio e historia del país. Se trata de tomar una coyuntura que nos parece muy interesante para hablar de paz.
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