La policía de Hong Kong presentó oficialmente sus excusas este lunes, por primera vez desde el comienzo del movimiento de protestas en junio. Lo hizo por haber rociado la víspera una mezquita con tinta azul durante la dispersión de manifestantes.
«Inmediatamente después del incidente, responsables de la policía presentaron sus sinceras excusas al imán principal y a los dirigentes de la comunidad musulmana», indicó a la prensa Cheuk Hau-yip, comandante regional de las fuerzas del orden del distrito de Kowloon oeste.
Los responsables de esta mezquita, la más grande de la ex colonia británica, ubicada en la península de Kowloon, señalaron a los periodistas que habían aceptado las disculpas, así como las de la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam.
En un boletín difundido el domingo, la policía afirmó que el edificio religioso fue atacado por error. «La señora Lam se excusó por la aspersión involuntaria» con tinta (azul), según un texto publicado este lunes por su oficina.