Votación vital este sábado en el Congreso de Estados Unidos. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, someterá a votación tres paquetes de ayuda militar a Ucrania, a Israel y a Taiwán.
Los paquetes tienen muchas opciones de salir adelante. Tal vez estemos en la ocasión más propicia y, para Ucrania, la última oportunidad para recibir el material y armamento necesario para contener a Rusia.
Si no se aprueban los 61.000 millones de dólares previstos en el paquete ucraniano, lo más probable es que Ucrania esté abocada a la derrota este mismo año 2024.
El resultado de la votación será incierto hasta el momento mismo de la votación. Los representantes alineados con Trump muestran una oposición absoluta a cualquier paquete de ayuda a Ucrania.
Eso a pesar de que el mismo Trump se abrió a la posibilidad de respaldarlo si finalmente se configura en forma de préstamo, algo a lo que Mike Johnson ha accedido.
El proyecto podría salir adelante, sin embargo, si una parte de los republicanos accede a apoyar la propuesta y votar a favor junto con los demócratas.
Se trata de una posibilidad nada descabellada, ya que el proyecto ha sido elaborado por el mismo Johnson. Un Johnson que ha evolucionado de una negativa absoluta al proyecto a actuar con urgencia para aprobarlo cuanto antes.
«Creo que proporcionar ayuda letal a Ucrania en este momento es de importancia crítica. Francamente, preferiría enviar municiones a Ucrania que mandar a los americanos», afirmó.
El cambio de discurso Johnson ha sido llamativo en un político tradicionalmente alineado con las tesis de Trump y al que en Ucrania han comparado con el mismo Vladimir Putin.
¿Hay opciones de victoria?
La gran pregunta, en caso de que Ucrania obtenga la ansiada ayuda militar, es si está a tiempo de revertir la situación en el campo de batalla, donde Rusia está mostrando una apabullante ventaja.
Las fuerzas rusas han solucionado en gran medida sus problemas de persona, han reactivado su industria militar tras esquivar las sanciones internacionales y producen municiones a un ritmo atroz.
Siguen padeciendo graves problemas. La Flota rusa del Mar Negro va de ridículo en ridículo con una ristra de buques hundidos por los drones de superficie y misiles Neptune ucranianos.
Con todos, la guerra de Ucrania no es una guerra naval, sino terrestre. Pero es que también en este ámbito Rusia muestra deficiencias. Los carros de combate y blindados siguen mostrándose muy vulnerables y Rusia no ha logrado reponer de forma masiva los T-90 destruidos.
En cuanto a la fuerza aérea, la vulnerabilidad mostrad por los aviones rusos ha llevado a Moscú a reservarse el grueso de sus aparatos, particularmente los más modernos.
¿Qué sucederá cuando los almacenes ucranianos vuelvan a estar repletos de municiones y los F-16 empiecen a surcar los cielos ucranianos?
Según el exasesor del general David Petraeus, exdirector de la CIA, Fredrick W. Kagan, en un reciente análisis publicado en The Institute for the Study of War (ISW), si Ucrania recibe rápidamente la ayuda estadounidense podrá «mantener las líneas actuales».
La ayuda permitiría a Ucrania frenar el avance ruso, contener futuras ofensivas y estabilizar el frente. Y, lo más importante, evitaría que las fuerzas ucranianas colapsen este mismo 2024.
Lo que sí parece descartado, incluso con ayuda, es que Ucrania pueda lanzar una nueva contraofensiva este 2024.
En el mejor de los casos, y si la ayuda militar no vuelve a interrumpirse, Ucrania podría aspirar a una contraofensiva frente a unas fuerzas rusas nuevamente exhaustas en 2025, pero tampoco está claro que eso vaya a ser posible. Lo que está claro es que la guerra en Ucrania va para largo.
Según Fredrick W. Kagan, mantener las actuales líneas defensivas ya sería un éxito para Ucrania por un motivo: haría del todo imposible que Rusia pudiera, si quiera, plantearse ir más allá de Ucrania y atacar territorio de la OTAN.
«El éxito de Ucrania, incluso si Ucrania simplemente mantiene las líneas del frente aproximadamente donde están ahora, por otro lado, haría que un ataque ruso exitoso contra Polonia o los Estados bálticos fuera mucho más difícil y arriesgado», valoró.
En definitiva, una Ucrania fortalecida por la ayuda estadounidense «fortalecería la capacidad de la OTAN para disuadir y defenderse contra futuras agresiones rusas».
La ayuda que se apruebe este sábado sería esencial para que Ucrania experimente un importante salto a medio plazo de sus capacidades militares, refuerce su independencia y desarrolle una capacidad disuasiva para evitar que Rusia continúe sus ataques.
Sólo cuando llegue a ese punto podrá plantearse una contraofensiva para recuperar los territorios perdidos.
«Un ejército ucraniano exitoso será el más grande y poderoso de Europa después del de Rusia. Será mucho más fuerte que el de cualquier Estado europeo de la OTAN. Ucrania desplegará sus fuerzas a lo largo de sus fronteras con Rusia y Bielorrusia para disuadir y defenderse contra futuras agresiones rusas», argumentó el exasesor del general Petraeus.