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Población de Masaya manifestó otra vez contra Ortega

La policía sitió la comunidad indígena de Sutiaba, en la ciudad de León, al noroeste del país. Las familias temen una nueva cacería de jóvenes

Por EFE
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La población de Masaya realizó una nueva manifestación contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a quien exigen su renuncia por actos de represión que han resultado en la muerte de al menos 310 personas en el país.

Cientos de personas se reunieron en las calles del barrio indígena de Monimbó para mostrar su rechazo al gobierno de Ortega y a su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo.

“Tenemos que estar unidos más que nunca, aunque nos maten, aunque nos quemen nuestras casas, hoy más que nunca el pueblo grita justicia”, dijo el líder de la protesta en Masaya, Yubrank Suazo.

Los manifestantes, en su mayoría habitantes de Monimbó, dedicaron a las autoridades gubernamentales consignas como “¡Asesinos!”, “¡De que se van, se van!”, o “¡El pueblo unido jamás será vencido!”, y gritaron los nombres de cada vecino fallecido a manos de las fuerzas combinadas del gobierno.

El ambiente en Monimbó es especialmente tenso, debido a que su población impidió esta semana que el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional celebrara el aniversario número 39 del repliegue, una de las fiestas más importantes del sandinismo, que cada año presidía Ortega en el barrio indígena, sin interrupción.

“El pueblo decretó que Ortega no entraba a Masaya y se cumplió”, afirmó Suazo.

Mientras la marcha se desarrollaba, vecinos de Masaya reportaron el despliegue de grupos policiales y parapoliciales alrededor de la ciudad, ubicada 29 kilómetros al sureste de Managua.

“Dicen que dan paz, pero lo que nos dan son balas”, se quejó el líder de los manifestantes de Masaya.

Los organizadores de la marcha no registraron incidentes durante su desarrollo.

Tensión. La Policía de Nicaragua sitió la comunidad indígena de Sutiaba, informó el movimiento Coalición Leonesa. La presencia masiva de policías y otros miembros de las fuerzas combinadas del gobierno alrededor de Sutiaba, en la ciudad de León, al noroeste del país, impuso un ambiente tenso, y las familias temen que realicen una nueva cacería de jóvenes, dijo una portavoz de la Coalición Leonesa a periodistas.

La coalición recomendó a los habitantes de León no salir a las calles y reportar cualquier violación a los derechos humanos.

Los manifestantes de León habían programado una marcha multitudinaria para mostrar rechazo a Ortega, sin embargo, la suspendieron cuando el FSLN anunció una contramarcha para este mismo día, según la coalición.

El sitio a Sutiaba se da dos días después de un ataque de las fuerzas combinadas, que dejaron al menos cuatro jóvenes muertos,un desaparecido y decenas de heridos, de acuerdo con datos de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos. La situación de Sutiaba es similar en casi todos los departamentos del Pacífico de Nicaragua, así como en otros de las zonas norte y centro.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos han responsabilizado al gobierno nicaragüense de graves violaciones a los derechos humanos. Entre ellasdestacan “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país”, según la CIDH, y que el gobierno de Nicaragua ha rechazado.

Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente, que ha dejado más de 310 muertos, según la Anpdh. Después de Managua, que cuenta al menos 153 víctimas mortales a causa de la crisis, Masaya es la más afectada, con 35 decesos.

Las protestas contra Ortega y Murillo comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario y la vicepresidente, después de 11 años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.

El dato

Estados Unidos “ordenó la salida del personal que no es de emergencia” y pidió a sus ciudadanos reconsiderar viajar a Nicaragua debido a los “crímenes, disturbios civiles y disponibilidad limitada de atención médica”, según un comunicado publicado en la página oficial de su embajada en Managua.

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