El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, apeló a organizaciones humanitarias y países donantes a seguir trabajando para evitar «toda una generación perdida» en Siria, una emergencia para la que apenas se han recibido una cuarta parte de los fondos requeridos.
Griffiths concluyó una visita en la que se ha reunido con altos cargos del Gobierno de Bashar al Assad, organizaciones que trabajan sobre el terreno y civiles damnificados por los estragos de una guerra que comenzó hace ya más de una década. Su visita ha coincidido con la primera llegada de un convoy humanitario al noroeste de Siria desde el año 2017.
«Conocí en Alepo a personas cuyas vidas han dado un vuelco completo»; ha dicho Griffiths, que confía en que la población pueda tener acceso a servicios básicos, con vistas también a la bajada de las temperaturas en los próximos meses. «Los niños quieren aprender y los jóvenes quieren trabajar», reclamó en un comunicado.
Unas 13,4 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Siria y de los 4.200 millones de dólares (3.500 millones de euros) requeridos este año por la ONU en el Plan de Respuesta Humanitario, se han recibido apenas 27%.
Grifiths, que acaba de asumir el cargo, también ha visitado Líbano y Turquía, dos de los países que han acogido a millones de refugiados sirios que han huido de su país.
El plan de respuesta regional, con el que se aspira a ayudar a 5,5 millones de sirios en países vecinos y comunidades de acogida, de 5.800 millones de dólares (casi 4.900 millones de euros), tan solo está cubierto en 19%.
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