Iván Márquez
Foto: Archivo

El secretario general de Comunes, Rodrigo Londoño, solicitó al gobierno de Colombia que otorgue estatus político a Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, líder de la Segunda Marquetalia, una de las disidencias de las FARC, que ha mostrado interés por negociar con las autoridades de Casa Nariño.

«El gobierno del presidente Gustavo Petro ha generado las condiciones para avanzar decididamente hacia el desmonte de todas las violencias y todos los aparatos militares, no hay lugar a cerrar la puerta a ningún actor armado que tenga voluntad real de sumarse a la paz», expresó Londoño en redes sociales.

La propuesta chocaría con las intenciones del gobierno de Petro, que no considera en principio que las disidencias de las FARC tengan naturaleza política como consecuencia de su salida de los acuerdos de paz firmados en La Habana en 2016 por la entonces guerrilla ya disuelta y el gobierno de Juan Manuel Santos.

Sin embargo, Londoño, alias Timochenko, durante su pasado guerrillero, defiende que la vuelta de Iván Márquez a las armas en agosto de 2019 «no puede ser óbice para dar tratamiento político a la Segunda Marquetalia y demás organizaciones armadas compuestas por integrantes de las extintas FARC».

«Desafortunada e irracional»

Reconoció que si bien Iván Márquez es un «hombre de convicciones políticas», su decisión de abandonar lo ratificado en 2016 fue «desafortunada e irracional», pues no solo «golpeó» la puesta en marcha de aquellos acuerdos, sino que también «prendió la violencia que comenzaba a mermar».

«Esto contribuyó a la continuación de los procedimientos generados por la guerra y que solo afectan a las ventas más humildes del país», dijo Londoño, quien aprovechó el comunicado para criticar a quienes considera responsables de que aquellos acuerdos no se aplicaran como correspondía.

Aseveró que «enemigos de la paz» como el expresidente Iván Duque y al exfiscal general Néstor Humberto Martínez recurrieron «a todo tipo de ataques y descalificaciones» contra quienes firmaron aquellos acuerdos.

«El más perverso de los ataques fue la operación sistemática de entrampamientos liderada por altos funcionarios del gobierno Duque y particularmente de la de Néstor Humberto Martínez», acusó en sintonía con la versión que sostiene que estas autoridades boicotearon el proceso de paz y empujaron a muchos de los líderes de la guerrilla a retomar las armas.

«El momento histórico por el que pasa Colombia demanda grandeza y generosidad (…) Que sea la historia quien les juzgue por sus desavenencias a la paz, pues la ciudadanía ha pedido a este gobierno allanar los caminos para clausurar definitivamente la violencia», opinó Londoño.


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