El primer ejecutivo de la farmacéutica estadounidense Pfizer, Albert Bourla aseguró que el desarrollo de su vacuna experimental para prevenir el covid-19 no se verá afectado por cuestiones políticas, de acuerdo con un memorando interno recogido por medios locales.
«La única presión que sentimos -y pesa mucho- es la de los miles de millones de personas, millones de empresas y cientos de funcionarios gubernamentales que dependen de nosotros», escribió Bourla en un mensaje interno en reacción al debate presidencial del pasado martes entre el presidente de EE UU, Donald Trump, y el candidato opositor, el exvicepresidente, Joe Biden, citado por el diario Politico.
El ejecutivo de Pfizer agregó que le había decepcionado que «la prevención de una enfermedad mortal se discutiera en términos políticos en lugar de con hechos científicos».
En el primero de los tres encuentros que ambos candidatos presidenciales mantendrán antes del 3 de noviembre, Trump criticó a Biden por usar todo el tiempo mascarilla para protegerse del covid-19 y volvió a prometer, en contra de la opinión de expertos y farmacéuticas, que «la vacuna estará lista en semanas».
Uso de la vacuna
Bourla ha repetido en diversas ocasiones que Pfizer podría solicitar una autorización de emergencia en algún momento de octubre para el uso de la vacuna, algo que reiteró en el memorando enviado a sus trabajadores.
Sin embargo, subrayó: «Nos acercamos a nuestra meta y, a pesar de no tener ninguna consideración política con nuestra fecha preanunciada, nos encontramos en la encrucijada de las elecciones presidenciales de Estados Unidos», antes de remarcar: «Nunca sucumbiríamos a la presión política».
Pfizer en colaboración con la alemana BioNTech anunció en julio que su vacuna candidata BNT162b2 pasaba a la fase 3 de estudio.
En la última etapa del ensayo, las compañías estudiarán una dosis de 30 miligramos en un régimen de 2 dosis entre 44.000 participantes de 16 a 85 años de edad, en 3 países.