El presidente colombiano, Gustavo Petro, se posicionó a favor de Julian Assange este martes, cuando dos jueces deben decidir en Londres si el fundador del portal WikiLeaks puede recurrir su caso en el Reino Unido o si en cambio es extraditado a Estados Unidos.
«Toda mi solidaridad con Julian Assange, condenarlo es condenar la prensa libre y ser cómplices de las violaciones de los derechos humanos de la población del sur excluida pobre y bombardeada», dijo Petro en un mensaje en su cuenta de X.
Petro se reunió en noviembre de 2022, pocos meses después de asumir como presidente, con voceros de Wikileaks «para apoyar la lucha mundial por la libertad del periodista Julian Assange».
Y también anunció que hablaría con el presidente estadounidense, Joe Biden, para que no se presentaran cargos «a un periodista solo por decir la verdad».
La audiencia de Assange
Tras ser detenido inicialmente en 2010 por un caso instigado por Suecia y hoy archivado, Assange fue arrestado de nuevo en abril de 2019 a instancias de EE UU, que le acusa de 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal.
Dos jueces del Tribunal Superior de Reino Unido deberán determinar, tras las audiencias de hoy martes y mañana miércoles si los argumentos de la defensa de Assange justifican un nuevo recurso o si en cambio puede procederse a la extradición.
Los abogados del australiano, que hoy no pudo comparecer en persona por problemas de salud, aunque sí estuvieron a las puertas del tribunal decenas de personas pidiendo que no sea extraditado, defienden que Assange no puede ser entregado a Estados Unidos debido a que «los delitos que le imputa (ese país) son de carácter político», lo que violaría el Tratado de extradición británico-estadounidense de 2003.
Además señalaron durante la audiencia que el descubrimiento de una trama de la CIA para secuestrar o matar a su cliente cuando estaba refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres (entre 2012 y 2019) demuestra la motivación política del caso.
Los abogados también acusan a EE UU de violar los derechos del fundador de WikiLeaks al imputarle cargos sin precedentes con penas impredecibles y subrayan que es «la primera vez en la historia de Estados Unidos que un editor ha sido procesado por obtener o publicar (en lugar de filtrar) secretos de Estado».