El aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima amaneció este martes con un resguardo policial mayor que el de los últimos días, con decenas de agentes desplegados en las inmediaciones del terminal aéreo, hasta donde ha intentado llegar un reducido grupo de manifestantes antigubernamentales.
Según confirmaron a Efe fuentes policiales, la presencia de los agentes se ha reforzado en toda la provincia constitucional del Callao, parte del área metropolitana de Lima, como medida de precaución ante las protestas sociales que en menos de dos meses han cobrado la vida de 65 personas.
Las autoridades peruanas intensificaron el resguardo policial en las puertas de acceso al aeropuerto, que permanecen rodeadas de decenas de agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP), que llevan equipos antidisturbios.
A media mañana, un grupo de unos 200 manifestantes intentó llegar al terminal aéreo, recorriendo la avenida Tomás Valle, que conduce al Jorge Chávez.
Pero los policías los hicieron retroceder hasta el Óvalo Previ, siempre según las mismas fuentes.
Desde que comenzaron las protestas antigubernamentales en diciembre, en puntos del país los manifestantes han intentado ocupar los aeropuertos, provocando el cierre de algunos de ellos, como fue el caso de la sureña ciudad de Juliaca, en la región de Puno, así como los de Cuzco y Arequipa.
Protestas dejan número significativo de fallecidos
Las protestas que exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso y adelanto de elecciones para este 2023, dejaron hasta el momento 65 personas fallecidas.
Según datos de la Defensoría del Pueblo, 47 personas que participaban en las protestas fallecieron en enfrentamientos, mientras que un policía murió tras ser quemado vivo por manifestantes.
A estas víctimas se suman diez muertes en sucesos relacionados con los bloqueos de carreteras y otra ocurrida en la norteña región de La Libertad, confirmada por la policía.
Boluarte anunció la muerte de un paciente que necesitaba llegar a Lima pero quedó retenido en los bloqueos, y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) reportó el fallecimiento de cuatro haitianos, además del bebé nonato confirmado por Unicef.