La primera persona a la que el Estado peruano le aprobó la eutanasia, Ana Estrada -de 47 años de edad-, quien padecía una enfermedad degenerativa progresiva, murió el domingo mediante este procedimiento médico, informó este lunes su abogada en un comunicado.
«El domingo 21 de abril de 2024, Ana Estrada ejerció su derecho fundamental a una muerte digna y accedió al procedimiento médico de eutanasia. Ana murió en sus propios términos, conforme a su idea de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final», indicó la abogada Josefina Miró Quesada.
El comunicado detalló que el procedimiento médico se realizó conforme al Plan y Protocolo de Muerte Digna aplicable a Estrada, que fue aprobado por el seguro social estatal EsSalud «en el marco de la histórica sentencia a su favor, emitida el 23 de febrero de 2021 y ratificada por la Corte Suprema el 14 y 27 de julio de 2022».
Estrada sufría desde los 12 años polimiositis, enfermedad degenerativa e incurable que debilita los músculos y que la mantuvo conectada a un respirador artificial.
El símbolo de la eutanasia en Perú
En los últimos años fue el símbolo de la eutanasia en Perú, pues figura entre las primeras personas en abrir su debate en la sociedad.
«Ana partió agradecida con todas las personas que hicieron eco de su voz, que la acompañaron en su lucha y que de manera incondicional, apoyaron su decisión con amor y empatía», compartió la familia en la información al agregar que agradeció a los funcionarios que integraron en su momento la Defensoría del Pueblo y la defendieron.
Recordó que su caso permitió que la justicia peruana reconociera por primera vez en su historia «que todos tenemos derecho a morir con dignidad», tras una batalla legal que empezó en 2019.
«La lucha de Ana por su derecho a una muerte digna ha permitido visibilizar y sensibilizar a miles de peruanos y peruanas sobre la importancia de defender este derechos. Su lucha ha trascendido las fronteras de nuestro país y ha marcado un hito en la región», señaló.
«Esto era una garantía para mi vida»
Añadió que Estrada, que era psicóloga, «se convirtió en el rostro de esta justa causa que se propone defender la dignidad de principio a fin y la libertad de decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos».
«El legado de Ana vivirá en la mente y el corazón de muchas personas y en la historia de nuestro país. Sus familiares y seres queridos celebramos su vida, y agradecemos las muestras de solidaridad, apoyo y comprensión hacia la lucha de Ana», concluyó el comunicado.
El 22 de enero, Estrada se mostró satisfecha de poder elegir al médico que la asistiera cuando decidiera someterse a la eutanasia, tras la resolución de las observaciones que hizo al protocolo del procedimiento el seguro social.
«Esto es para mí, exactamente, como me lo propuse desde el primer día (…). Yo sabía que esto era una garantía para mi vida. Yo necesitaba esta carta verde para que yo pueda vivir con plenitud en esta última etapa, que no sea dolorosa, ni con angustias de qué es lo que va a pasar», dijo entonces la paciente.