Un desafío. Eso es a lo que se enfrentan los periodistas en Latinoamérica para hacerle frente a la pandemia del covid-19, cuyos casos confirmados sobrepasan los 14.000 y las cifras de muertos rondan los 450 en la región.
Mucho antes de que en sus países confirmaran los primeros casos del virus surgido en Wuhan, China, los profesionales de la comunicación se preparaban para ofrecer a los ciudadanos información veraz que permitiera evitar su propagación.
Recolectar información, hacerle seguimiento a los casos de coronavirus en el mundo y mantener comunicación con especialistas y entes gubernamentales de salud, fueron algunas de las cosas que hicieron para evitar que su inminente llegada los tomara desprevenidos.
Hoy, aún cuando los riesgos de contagios están latentes, el compromiso de mantener a los ciudadanos informados prevalece.
Los equipos tecnológicos, el internet y las plataformas digitales se han convertido en los mejores aliados de los medios de comunicación y sus periodistas ante la crisis generada por el covid-19.
Eso ha permitido que, en medio de la contingencia, el trabajo se continúe realizando con la menor cantidad de personal en las oficinas. Todo ello, sin cambiar la dinámica de trabajo y manteniendo la misma calidad de información.
«Ha sido preocupante realizar nuestra labor. Hemos seguido esta epidemia, que se convirtió en pandemia mundial, desde sus inicios en China y hemos visto sus efectos en la salud, en la economía y en la vida cotidiana», manifestó Meryt Montiel, editora del Equipo de Domingo y coordinadora de Salud y Educación de los domingos del diario El País de Calí, Colombia.
La contingencia
Medios de comunicación de Bolivia, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Uruguay han optado por permitir que sus periodistas realicen su labor de forma remota, para mantener solo el personal mínimo en oficina.
Montiel, que acaba de pasar por un proceso de quimioterapia por un cáncer de linfoma no Hodgkin, fue una de las primeras periodistas en realizar teletrabajo.
Sin embargo, antes de irse a casa, la oficina de Salud Ocupacional del medio caleño, instaló dispensadores de de alcohol en gel en las oficinas. Además, ya habían tomado la precaución de guardar la medida de distanciamiento recomendada por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
Estas acciones han sido replicadas en las oficinas de prensa, donde también han optado por incrementar las jornadas de limpieza en las áreas de trabajo, a fin de mantenerlas desinfectadas.
“En El País contamos con acceso remoto a nuestras máquinas. También utilizamos una aplicación que nos permite llamar y recibir llamadas como si estuviéramos en nuestro interno”, mencionó Déborah Friedmann, coordinadora de Redacción del diario El País de Uruguay, perteneciente al Grupo Diarios de América.
Aunque en el medio uruguayo gran parte de la información está centrada en el covid-19, también se maneja como prioridad las decisiones sociales, políticas y económicas que tome el gobierno de Luis Lacalle Pou, agregó Friedmann.
En El Universal de México, asociado al grupo, el protocolo incluye el trabajo de los pasantes desde el hogar y reporteros en pautas de calle sin asistir a la redacción.
“El personal de métricas se turna para venir solo uno al día, de redes vienen solo tres y de regionales dejan de venir tres. En total, en estas tres áreas hacen home office 17 personas”, indicó Guadalupe Galván, editora de Mundo del medio mexicano.
En El Comercio de Perú, también del GDA, centraron esfuerzos para informar sobre el coronavirus. Aunque las coberturas en directo se han visto reducidas, Gino Alva Olivera, periodista del diario peruano, ha realizado algunas en la calle.
Una de ellas fue en el Palacio de Gobierno, el 14 de marzo, un día antes de que declararan estado de emergencia. Otra, fue el 18 de marzo en la Base Naval de Ancón, a dos horas del centro de Lima, donde tenía previsto un trabajo con los infantes de marina que cumplen labores de vigilancia en la coyuntura actual.
«Ellos (los infantes) cuidan cinco distritos, tres de Lima y dos de El Callao. Es una labor bien sacrificada. En Ancón el sol es fuerte, no han visto a sus familias desde el 15 de marzo y solo duermen tres horas. Están expuestos al peligro más que nosotros porque están en peajes, accesos a mercados y avenidas principales», señaló.
En ambas oportunidades, Alva Olivera contó con una máscara N95 y guantes, facilitados por el medio, además, de las medidas de distanciamiento necesario para evitar el contagio del coronavirus.
Al convivir con su abuelo, de 84 años de edad, tomó como precaución despojarse de su ropa en el patio de su vivienda y dirigirse directamente al baño para asearse. «Trato de tomar el mayor número de medidas de prevención para no afectarlo de ninguna forma», agregó.
Alexander Quispe, reportero de la Red Erbol de Bolivia -emisora que agrupa más de 170 radios bolivianas-, ha tomado medidas similares de protección para llevar a cabo sus coberturas de calle en la ciudad de La Paz. «Es importante también saber la manera adecuada de quitarse la mascarilla y los guantes para evitar contagios», subrayó.
Los profesionales de la comunicación del diario La Nación de Costa Rica, del GDA, firmaron un formulario para contar con el resguardo del Seguro de Protección de la Caja del Seguro Social y el del Instituto Nacional de Seguro. Como en las otras naciones, garantizan también el transporte y equipo de bioseguridad para los reporteros que deban cubrir actividades especiales.
El coronavirus como foco
El coronavirus ha marcado la agenda informativa en las últimas semanas en los países de la región, que a través de medios internacionales y agencias de noticias se enteraron de su paso por Asia, Europa, Estados Unidos y el arribo a Latinoamérica.
“La información del covid-19, desde que yo hago periodismo hace unos 15 años, no tiene precedentes. Es un asunto inédito en la historia de la humanidad”, expresó el periodista colombiano Cristián Torres.
Como editor general de un medio de comunicación, explicó que tuvo que aumentar el rigor, control de calidad y la exigencia a la hora de informar. “Hay que ser muy cuidadosos con esta información de servicio para los ciudadanos. Los medios no están llamados a generar olas de pánico sino a que la gente esté informada y tenga de primera mano la veracidad”, subrayó.
En explicar la nueva realidad a la audiencia se enfocó La Nación, realizando trabajos desde las secciones de El Mundo y Ciencia, haciendo uso de videos y piezas gráficas.
«Cuando se dió el primer caso, la cobertura se triplicó. Ahora sí la gente estaba presentando más atención, ya lo sentía cerca, veía que era algo real que nos estaba ocurriendo», indicó Kattia Bermúdez, editora digital del medio costarricense y jefa de la Mesa Digital.
En medio de este escenario, surgieron dos interesantes campañas con la que el equipo periodístico pretende crear conciencia en la población para evitar la expansión de coronavirus. La primera de ellas es #MisManosMisArmas, con la que invitan a los ciudadanos a cambiar la forma de saludo y a adoptar el lavado frecuente de manos, como aconsejan la OMS y la OPS. La segunda, es la campaña se denomina #QuédateEnCasa, con la que promueven el aislamiento social.
Los periodistas afirmaron que no han sufrido restricciones por parte de sus gobiernos a la hora de darle cobertura a la situación generada por el coronavirus. En cambio, tienen accesos a las conferencias de prensa ofrecidas por el Ministerio de Salud, el gobierno nacional y las autoridades estatales y locales.
En algunos casos se les brinda a los medios la oportunidad de enviar preguntas para aclarar dudas. Además, tienen la oportunidad de realizar consultas a las autoridades nacionales con el fin de profundizar temas.
En Bolivia, la presidente Jeanine Áñez continúa realizando las conferencias abiertas en el Palacio de Gobierno. Para ello toman todas las medidas de seguridad y protección para no contagiarse de este enfermedad.
Quispe indicó que los periodistas obtienen una autorización de circulación vía online para poder desplazarse en los vehículos a la hora de realizar las coberturas.
Torres señaló que en Colombia existe, en cambio, una discriminación a la hora de que los voceros oficiales den alguna información de primera mano. “Tienen en cuenta a los medios de comunicación más influyentes”, alegó.
El periodismo, una herramienta fundamental
Los profesionales de la información coincidieron en que el periodismo es una herramienta fundamental en medio de la emergencia del covid-19 para ayudar a combatir la desinformación.
«Somos los ojos de las personas en este momento«, afirmó Galván. Esto, explicó, puesto que los ciudadanos permanecen en sus casas y no tienen otra forma de saber lo que acontece en el mundo.
Recordaron que la comunicación es un servicio público que le permite a los ciudadanos ejercer su derecho a estar informado.
“Se debe hacer periodismo al fin de los días porque la gente tiene derecho a estar informada”, subrayó Torres.
Bermúdez, por su parte, señaló que ha sido un reto mantener la calma en medio de la coyuntura. Resaltó la importancia de ofrecer información verificada para cumplir con la responsabilidad de informar, no alarmar.
“Estar informado es una de las formas clave para combatir al coronavirus. Por eso, ponemos todos nuestros esfuerzos en llevarles a los lectores la mejor información en todas nuestras plataformas”, enfatizó Friedmann.
@ebritop22