Los bomberos que luchan contra un creciente incendio en las afueras de Los Ángeles se preparaban el viernes para deslizamientos de tierra e inundaciones, mientras una tormenta se precipitaba hacia las áreas arrasadas por el fuego.
Los restos de un huracán que azotó México también están trayendo fuertes vientos que avivan las llamas.
Desde el lunes, el incendio Fairview ha quemado más de 10.000 hectáreas en esta zona del estado de California asolada por una feroz ola de calor.
«No he visto un incendio como este en el condado de Riverside en mi carrera», dijo el jefe de división de los bomberos, John Crater.
Una zona de evacuación ya muy vasta fue ampliada para abarcar a más de 20.000 personas. Ayudantes del sheriff iban de puerta en puerta instando a los residentes a evacuar.
«Los vientos se incrementarán desde el este (…) el lanzamiento de brasas aumentará dramáticamente a medida que fuertes vientos de más de 65 kilómetros por hora entren en la zona», advirtió Cal Fire.
«Las manchas de largo alcance de más de una milla serán posibles con la Probabilidad de Ignición en el 85%».
Detalles de lo ocurrido
El «lanzamiento de brasas» y las «manchas» hacen referencia a los materiales ardientes que saltan del fuego principal y se asientan en otro lugar, prendiendo y propagando las llamas.
Al menos dos personas han muerto, aparentemente atrapadas por las llamas cuando intentaban huir.
Más al norte, el incendio Mosquito se salía de control a las afueras de Sacramento, y ya había alcanzado unas 12.000 hectáreas.
Bomberos dijeron que no tenían controlado ningún perímetro del incendio, que creen ya dañó o destruyó varios edificios.
«El fuego está quemando en un terreno extremadamente difícil, incluyendo cañones empinados donde puede ser difícil atacar directamente el fuego», reportó Cal Fire en una actualización operativa.
Lluvia en California
Mientras tanto, el huracán Kay tocó tierra en México el jueves y comenzó a moverse hacia el norte. Aunque se debilitó a tormenta tropical, se esperaba que trajera fuertes lluvias a partes de California y Arizona.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMS) advirtió que podrían caer hasta 18 centímetros de lluvias en el área alrededor del incendio, generando un riesgo de inundaciones y flujos de lodo en áreas donde el suelo quemado no puede absorber un aguacero repentino.
«Podríamos pasar de un evento de extinción de incendios a una lluvia significativa, deslaves, deslizamientos de tierra», dijo Jeff Veik, de la Unidad Riverside de los bomberos, en una reunión comunitaria. «Tenemos días desafiantes por delante».
La tormenta tropical que avanzaba desde México, y que para el viernes por la tarde azotaba el sur de California con ráfagas de más de 160 kilómetros por hora, podría poner fin gradualmente a la ola de calor que afecta a gran parte del oeste de Estados Unidos desde hace más de una semana.
Pero las temperaturas, que han superado los 43 grados Celsius en algunos lugares durante varios días, se mantuvieron altas en el centro y norte de California.
«Los mínimos de la noche seguirán rivalizando con los récords este fin de semana, ya que el aumento de la capa de nubes atrapa el aire caliente en la superficie», dijo el SMS.
«Unos 29 millones de estadounidenses se encuentran actualmente bajo una advertencia de calor excesivo», señaló.
Fuerte sequía
El oeste de Estados Unidos lleva más de dos décadas en una sequía histórica que, según los científicos, está empeorando por el cambio climático generado por las actividades humanas.
Gran parte del campo está reseco y cubierto de maleza, lo que crea el marco ideal para incendios forestales rápidos y destructivos.
Los climatólogos predicen que a medida que la Tierra continúe calentándose debido a la incesante quema de combustibles fósiles, estas condiciones empeorarán aún más.
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