El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, llegó al desfile del 12 de octubre entre pitidos y abucheos de la multitud, como ya es costumbre en esta jornada del día de la Fiesta Nacional. El líder socialista acudió al acto tan solo tres minutos antes que los Reyes, que fueron recibidos con «vivas» y aplausos.
Sánchez había extremado este año las medidas para evitar que se televisase los desprecios de los ciudadanos hacia él. Las vallas han sido colocadas esta vez más lejos de la tribuna, ubicada en Neptuno, que otros años, por lo que los gritos se escuchaban con menor intensidad.
Sánchez llegó instantes antes que los Reyes a la zona de autoridades y realizó un breve saludo a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Sánchez no pudo evitar una fuerte pitada contra él
A pesar de las malas condiciones climatológicas en un Día de la Hispanidad marcado por la lluvia, los ciudadanos que se acercaron a la tradicional parada militar recibieron a Sánchez con gritos de «¡dimisión!», «¡ladrones!» y «PSOE, Batasuna», opacados en la zona del Ministerio de Sanidad por los «vivas» al Rey. Aun así, el presidente no pudo evitar una fuerte pitada contra él al término de los actos del Día de la Hispanidad.
El presidente del gobierno está cercado por una serie de escándalos que le salpican directamente, con el señalamiento de la UCO a José Luis Ábalos, el que fuera su ministro de Transporte y número dos del partido y las investigaciones a su esposa, Begoña Gómez y a su hermano, David Sánchez.
La abundante lluvia marca la jornada, con la cancelación de la exhibición aérea, el salto de la patrulla paracaidista y el vuelo de la Patrulla Águila. El desfile motorizado y terrestre se mantuvo, junto al resto del programa del acto central para celebrar el Día de la Hispanidad.