Colectivos sociales denunciaron el asesinato de un guardián indígena que protegía la selva amazónica de Brasil. El ataque lo perpetraron madereros ilegales el viernes, en medio de una emboscada en las tierras de Arariboia, en el estado de Maranhao.
Paul Paulino Guajajara, conocido como el Lobo, fue atacado mientras cazaba en la zona y tras una “intensa confrontación”, recibió un disparo en la cara que ocasionó su muerte.
El líder indígena Laércio Guajajara también resultó herido antes de lograr escapar, y ahora se encuentra hospitalizado, informó la Articulación de los Pueblos Indígenas Brasileños, APIB.
El caso causó conmoción entre las comunidades. Aseguran que sus tierras son invadidas mientras sus líderes son “atacados, asesinados y criminalizados”. Responsabilizan a las políticas de la actual gestión. «El gobierno de Bolsonaro tiene sangre indígena en sus manos», señala el comunicado de APIB.
Public Declaration of Repudiation and Regret for the murder of the forest guardian Paulo Paulino Guajajara – @ApibOficial https://t.co/VGv9NVq2pc pic.twitter.com/9DqTVB5h5O
— Amazon Watch (@amazonwatch) November 3, 2019
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro, anunció investigaciones por la policía federal. “No escatimaremos esfuerzos para llevar a los responsables de este grave delito ante la justicia”, escribió el funcionario en Twitter.
El Instituto Socioambiental, ISA, instó a las oficinas gubernamentales a “poner fin a las invasiones” para interrumpir el “ciclo de violencia al que están sometidos los pueblos indígenas”. Manifestó que los pueblos siguen amenazados.
Luto na Terra Indígena Araribóia. Toda a força aos Guaridões da Floresta do povo Guajajara, que protegem a floresta seu território e os parentes isolados Awá Guajá. https://t.co/BaV5hT5MP6
— socioambiental (@socioambiental) November 2, 2019
Los casos de invasiones se duplicaron
Los activistas hablan de un descuido del gobierno en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y el medioambiente, reseñó RT.
Un informe del Consejo Indigenista Misionero, CIMI, denunció 160 nuevos casos de invasión, registrados entre enero y septiembre de 2019. Eso duplica las cifras del año pasado.
“Hoy no es exagerado decir que los pueblos indígenas ya no pueden moverse con seguridad dentro de sus territorios”, señala CIMI en un comunicado.
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