Los partidos políticos son los grandes ausentes de la campaña para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, en la que se ha impuesto el discurso personalista y las promesas rupturistas de cambio con el pasado que ambos candidatos dicen representar.
Ni los tradicionales partidos Liberal y Conservador, ni los derechistas Centro Democrático, Cambio Radical y Partido de la U, que han liderado el país en los últimos 12 años -ya sea como partido de gobierno o como parte de la coalición gobiernista- están apoyando directamente las campañas del populista Rodolfo Hernández o del izquierdista Gustavo Petro para la jornada del 19 de junio.
Si bien muchos de sus miembros se han decantado por uno u otro de los aspirantes a suceder al presidente Iván Duque, esos partidos, como colectividades, han dejado en libertad a sus miembros para elegir candidato o simplemente no se han manifestado sobre la segunda vuelta.
Para Carlos Ariel Sánchez, profesor de Derecho Electoral de la Universidad del Rosario y exregistrador nacional del Estado Civil, la pérdida de confianza en los partidos políticos comenzó hace más de 20 años, pues Álvaro Uribe fue elegido presidente tras presentar su candidatura por «un grupo significativo de ciudadanos, dos veces», pues fue reelegido por el mismo movimiento.
«Ya cuando llegó el presidente Juan Manuel Santos en 2010, él fue elegido por un partido nuevo que se llamaba el Partido de la U, que era un partido fundado en la época de Uribe. Incluso la U era como una remembranza a Uribe para darle fuerza al partido, pero ese partido, si usted ve, hoy ya se diluyó», explicó a Efe.
Para el profesor, los partidos surgidos en los últimos años en Colombia ya «no desempeñan un papel representativo» porque ahora «este es el país de los grupos identificativos de ciudadanos».
El silencio de Uribe
Hace cuatro años, Duque ganó las elecciones como candidato del Centro Democrático, la colectividad que fundó el expresidente Uribe, en horas bajas acosado por un caso judicial de corrupción en el que está involucrado, y con la que tomó distancia del Partido de la U luego de convertirse en el principal opositor de Santos.
Sin embargo, hoy el uribismo ha mantenido una posición de silencio para la segunda vuelta aunque muchos de sus líderes como las senadoras Paloma Valencia y María Fernanda Cabal han dicho que respaldarán la candidatura de Hernández, a pesar de que él afirma que recibe el voto pero no «cambia el discurso» por apoyos ni por puestos.
A esto debe sumarse que desde el 29 de mayo, cuando se celebró la primera vuelta, el expresidente Uribe no ha publicado ningún mensaje en Twitter, su principal canal de difusión, ni ha manifestado apoyo a alguno de los dos candidatos.
Tan radical ha sido la posición del activo exmandatario de no manifestarse, que incluso el Centro Democrático desmintió un trino falso en el que supuestamente Uribe decía que había llegado a un «acuerdo político» con Hernández, candidato independiente populista que fue alcalde de Bucaramanga entre 2016 y 2019.
En esa misma línea se mueve el Partido Liberal, cuyas bases deliberan cuál es la posición de esa organización política pero aún no han tomado una decisión y las elecciones se acercan.
Pese a ello, algunos de sus miembros, como el senador Luis Fernando Velasco, están en la campaña de Petro desde la primera vuelta y otros se han ido con Hernández, como el parlamentario Mauricio Gómez.
Posiciones ambiguas
El Partido Conservador, que al igual que el Centro Democrático apoyo al derrotado exalcalde de Medellín Federico «Fico» Gutiérrez en la primera vuelta, invitó a sus militantes «a votar sin vacilaciones por la defensa» de «la democracia, la institucionalidad, la Constitución y la ley, la autoridad, la libertad, la actividad empresarial, la propiedad, la familia, el medioambiente y muy especialmente del empleo».
«No entendería el país que nuestra colectividad acompañara candidaturas presidenciales alejadas de la centroderecha y los principios que la caracterizan», expresó ese movimiento sin señalar directamente a alguno de los dos candidatos.
Cambio Radical, que fue uno de los partidos de la coalición de gobierno de Santos entre 2010 y 2018, tampoco ha sentado una posición con respecto a los comicios.
Su líder, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, aseguró en su columna del diario El Tiempo del domingo que «el país se pronunció de forma contundente por un cambio, pero de las costumbres políticas y de la forma como tradicionalmente se ha hecho la política en Colombia».
Sin embargo, alertó que los dos candidatos que quedaron en carrera hacen una campaña que contribuye «a profundizar la polarización, los odios y la rabia generalizada que se extenderán al próximo cuatrienio», lo que pareciera mostrar que no tiene claro por quien votará.
Colombia se acerca a la elección de un nuevo presidente en la que los partidos tradicionales pasaron a un segundo plano, pues como lo evidenciaron los resultados sus nombres supusieron un lastre para Federico Gutiérrez, el candidato al que apoyaron en la primera vuelta.