El papa Francisco animó este sábado a los políticos a que afronten con responsabilidad desafíos actuales como las migraciones o el cambio climático, y pidió que los mares no se conviertan en signo de separación entre los pueblos, sino de encuentro entre seres humanos.
«Recemos para que las aguas no sean signo de separación entre los pueblos, sino signo de encuentro para la comunidad humana. Recemos para que se salvaguarde a quien arriesga la vida sobre las olas buscando un futuro mejor», pidió Francisco en el mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que se celebra cada 1 de septiembre.
«Pidamos al Señor, y a quienes realizan el eminente servicio de la política, que las cuestiones más delicadas de nuestra época -como son las vinculadas a las migraciones, a los cambios climáticos, al derecho de todos a disfrutar de los bienes primarios- sean afrontadas con responsabilidad, previsión, mirando al mañana, con generosidad y espíritu de colaboración, sobre todo entre los países que tienen mayores posibilidades», añadió.
El papa dedicó el mensaje de este año al agua, «un elemento tan sencillo y precioso, cuyo acceso para muchos es lamentablemente difícil si no imposible».
Criticó que haya muchos «pobres que no tienen acceso al agua potable» y dijo que esto es «negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable».
«Urgen proyectos compartidos y gestos concretos, teniendo en cuenta que es inaceptable cualquier privatización del bien natural del agua que vaya en detrimento del derecho humano de acceso a ella», expuso.
También abogó por la «protección de las áreas marinas más allá de las fronteras nacionales» y reflexionó que no se puede permitir que «los mares y los océanos se llenen de extensiones inertes de plástico flotante».
«Debemos reconocer que no hemos sabido custodiar la creación con responsabilidad. La situación ambiental, tanto a nivel global como en muchos lugares concretos, no se puede considerar satisfactoria», argumentó.
«Con justa razón ha surgido la necesidad de una renovada y sana relación entre la humanidad y la creación, la convicción de que solo una visión auténtica e integral del hombre nos permitirá asumir mejor el cuidado de nuestro planeta en beneficio de la generación actual y futura», prosiguió.
La Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación tiene lugar cada 1 de septiembre tanto en el calendario de la Iglesia Católica como en el de la Ortodoxa.