El papa Francisco anunció cambios y resoluciones en la Iglesia Católica de Chile al término de tres días de reuniones en el Vaticano, luego de los escándalos por abusos sexuales cometidos por religiosos en ese país, informó la oficina de prensa dela Santa Sede.
“Les agradezco la plena disponibilidad que cada uno ha manifestado para adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resoluciones que tendremos que implementar a corto, mediano y largo plazo, necesarias para restablecer la justicia y la comunión eclesial”, escribió el Papa en una carta entregada a los 34 obispos convocados en el Vaticano.
En la misiva, Francisco reconoce que se trató de “un discernimiento franco frente a los graves hechos que han dañado la comunión eclesial y debilitado el trabajo de la Iglesia de Chile en los últimos años”.
El pontífice argentino convocó en abril a la jerarquía de la Iglesia chilena al Vaticano, una medida excepcional, para debatir el asunto y preparar medidas que reparen el escándalo desatado por los casos de pederastia. “A la luz de estos acontecimientos dolorosos con respecto a los abusos de menores de edad, de poder y de conciencia, hemos profundizado en su gravedad, así como en las trágicas consecuencias que han tenido particularmente para las víctimas”, señaló.
“A algunas de ellas yo mismo les he pedido perdón de corazón, al cual ustedes se han unido en una sola voluntad y con el firme propósito de reparar los daños causados”, añadió.
El grupo de obispos se reunió en cuatro ocasiones con el pontífice argentino, que les impuso el martes tras el primer encuentro 24 horas de silencio, dedicadas a la meditación y la oración.
Entre los 34 obispos presentes, 31 en funciones, figuran varios de los acusados de haber encubierto por décadas los abusos cometidos por el cura Fernando Karadima, suspendido de por vida después de haber sido declarado culpable en 2011 de abusos sexuales a menores cometidos en la década de los ochenta y noventa.
Ninguno de los asistentes, entre ellos el controvertido obispo de Osorno, Juan Barros, ha querido hablar con la prensa. Decidieron mantener hasta ahora una actitud prudente.
Antes de las reuniones cruciales, los obispos Fernando Ramos, secretario de la Conferencia Episcopal de Chile, y Juan Ignacio González llamaron en nombre de la jerarquía de la Iglesia chilena a una conferencia de prensa en la cual manifestaron su dolor y vergüenza.
Dijeron que están dispuestos a acatar las medidas que tome el jefe de la Iglesia Católica. No se excluye la remoción de varios jerarcas, cerca de siete, una suerte de purga del papa Francisco y un mensaje claro de su voluntad de querer acabar con los abusos «tanto sexuales como de poder y conciencia» en la Iglesia de Chile, reiteró en la misiva.