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Pangolín, el presunto transmisor del coronavirus, que está en peligro de extinción por el comercio ilegal

por Avatar EFE

Millones de pangolines son robados de su hábitat para uso en la medicina tradicional en Asia y África, debido a sus creencias tradicionales. Este problema se convirtió en un riesgo para la salud humana, advirtió este viernes la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales.

Ante esta situación no es sorprendente escuchar que los pangolines estén implicados en el brote de coronavirus, afirma la organización en un comunicado.

Esta ONG destacó que entre 2010 y 2015 se contabilizaron 1.270 incautaciones en 67 países. También se requisaron 120 toneladas de partes del cuerpo y escamas, así como 46.000 cadáveres.

Por sus siglas en ingles, esta ONG se conoce como World Animal Protection.

Estos mamíferos son los que más sufren el tráfico ilegal, señala la organización. Además, precisa que hasta hace poco la mayoría de las personas no tenía conciencia de estos animales únicos y de la crueldad que tienen que soportar.

El tráfico ilegal de pangolines causa un terrible sufrimiento a estos animales. «También pone en riesgo la salud de las personas, como podemos ver ahora», apuntó la organización.

La sociedad calcula que más de un millón de pangolines han sido sacrificados y comercializados entre el año 2000 y 2013 para su uso en la medicina tradicional asiática.

La comercialización del pangolín, dice el comunicado, comienza en comunidades rurales remotas en algunos de los países más pobres del mundo. Ahí, la detección y la aplicación de la legislación nacional e internacional sobre el tráfico ilegal es difícil. En estos lugares, cazan a los pangolines y los sacrifican para extraer sus escamas y su carne.

La organización detalló que los cadáveres y escamas se venden a intermediarios urbanos y de ahí pasan al comercio ilegal en Vietnam y China. En estos países se cree que la fabricación de medicinas elaboradas con las escamas posee propiedades para la curación de la impotencia y la infertilidad o la estimulación de la lactancia, entre otras.

Además, el uso de sus escamas está relacionado con efectos adversos que incluyen hinchazón abdominal, pérdida de apetito, ictericia y alteración de la función hepática.

A pesar de la poca evidencia científica que respalda esta creencia, 70% de los ciudadanos chinos cree que los productos derivados de este mamífero poseen un valor medicinal.

En septiembre de 2016 entró en vigor la prohibición global del comercio de pangolines. Esta norma fue emitida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.

Por ello, la ONG recomendó combatir el comercio ilegal de pangolines a través de la aplicación estricta de las leyes nacionales e internacionales que los protegen. Tampoco deben utilizarlos en la farmacopea de la República Popular China o buscar alternativas sintéticas basadas en hierbas y promocionar estas alternativas.

También pidió combinar y coordinar esfuerzos por parte de los gobiernos, las ONG y la comunidad que utiliza la medicina tradicional asiática para eliminar la demanda de los consumidores.

Por último, instó a establecer medios alternativos de subsistencia, a mitigar la pobreza y a la creación de programas de educación en comunidades rurales para detener la matanza.

En la actualidad, hay ocho especies de pangolín, 4 asiáticas y 4 africanas, en peligro de extinción en los 51 países donde viven, según la ONG.

Estos animales se caracterizan por ser criaturas nocturnas, solitarias y generalmente viven en huecos de árboles o madrigueras. «Son los únicos mamíferos con escamas en el mundo», recalcó la sociedad.