La canciller de Panamá, Erika Mouynes, pidió este jueves en la 52 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos una solución regional para «responder a ese grito» de «cientos de miles» de migrantes que atraviesan la peligrosa selva del Darién, frontera panameña con Colombia, en medio de una nueva crisis migratoria.
«En este momento hay una crisis migratoria que hay que atender y tenemos que responder ese grito de cientos de miles de hermanos americanos que están pasando por una situación muy difícil, con una justa corresponsabilidad», dijo la ministra panameña durante su intervención.
Mouynes relató uno de los múltiples dramáticos testimonios de los transeúntes que cruzan el mortal Tapón del Darién para ejemplificar el «drama humano que se está viviendo todos los días» y que, según la ministra panameña, «es de todos».
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«Yo, me permito contarles este drama, porque quiero hacer el punto de que ese drama es de todos. Es mío, son latinoamericanos y caribeños, son mis vecinos y mis hermanos, y también son de todos. Todos necesitan nuestro apoyo. Somos responsables y no podemos darles la espalda», señaló Mouynes, tras contar el caso de «Charon», una madre procedente de Maracaibo, Venezuela, que atravesó la selva con sus cinco hijos.
La ministra declaró que «la idea de ayudar a los países para que puedan ayudar en esta situación es necesaria, es real».
Mouynes visitó el pasado martes uno de los puntos de entrada de migrantes en el Tapón del Darién, donde comprobó que muchos de ellos la atraviesan engañados, bajo la idea de que es un trayecto fácil y de que en su destino final obtendrán un trabajo. Hay menores que llegan sin acompañante.
«Lo que Charon me contó es que le dijeron que el camino era fácil. Me dijo ‘si yo hubiera sabido por lo que iba a pasar, jamás hubiese expuesto a mis hijos'», destacó.
«Las palabras de esa madre desesperada, que decía ‘mis hijos ahora están traumatizados’ fue (que) ‘me mandaron un contacto por Instagram, me dijeron que en un par de días estaría en Estados Unidos y una amiga me va a conseguir trabajo’. (Esa realidad) es muy distante probablemente de la realidad que esa mamá va a pasar. Pero eso no lo sabe ella», añadió.
Más de 160.000 migrantes irregulares han llegado en lo que va de año a Panamá tras atravesar la jungla, una nueva cifra histórica que superó ya la previa: 133.726 en el 2021.
La Misión de la Organización Internacional para las Migraciones en Panamá dijo a EFE a finales de septiembre pasado que calcula que este año «fácilmente» los viajeros que crucen el Darién, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, superarán «fácilmente los 200.000».
La gran mayoría de los que viajan este año por esa ruta son venezolanos, aunque también hay haitianos, cubanos, ecuatorianos y de otras nacionalidades latinoamericanas, africanas y asiáticas. Todos van rumbo a Norteamérica en busca de una mejor calidad de vida.
Los migrantes denuncian que sufren asaltos y agresiones sexuales por parte de criminales, algunos de los cuales ya han sido apresados y condenados en Panamá, según han informado las autoridades.