La justicia griega abrió el jueves un proceso penal contra otros tres empleados de los ferrocarriles tras la inculpación del jefe de estación después de la catástrofe ferroviaria en Grecia, en la murieron 57 personas, informaron fuentes judiciales.
Estos tres empleados son procesados por el delito de perturbación de la seguridad del transporte, homicidio involuntario por negligencia y lesiones corporales, según la misma fuente.
Entre estos tres empleados se encuentran un inspector de trenes y dos trabajadores acusados de abandonar sus puestos de trabajo antes de lo previsto la noche del 28 de febrero durante el choque frontal entre un tren de pasajeros y un convoy de mercancías en Tempé, a unos 300 km de Atenas, cerca de a ciudad de Larissa en Grecia.
El domingo pasado, el jefe de la estación de Larissa fue acusado por los mismos cargos que estos tres empleados antes de ser detenido.
Atribuido sobre todo a un error humano, este accidente ferroviario -el peor que conoció Grecia en estos últimos años- conmocionó al país y reveló la vetustez de la red ferroviaria y sobre todo los fallos de los sistemas de seguridad.
En los últimos días se han producido en Grecia numerosas manifestaciones en las que se acusa al gobierno de no haber modernizado la red ferroviaria a pesar de las advertencias de los expertos y los sindicatos sobre la falta de seguridad adecuada.