Una red de asistencia se desencadenó por la decisión de una pareja de Nuevo México, Estados Unidos, de confeccionar a mano osos de peluche para los niños migrantes que llegan a los refugios de Las Cruces, en la frontera con México.
Esta «aventura comenzó con un oso», después de ver un mensaje en las redes sociales en el que se pedían muñecos de peluche para refugios fronterizos y centros de procesamiento, dice a Efe Susan Workman.
«Mi esposo Jim Gage y yo hicimos varios envíos. Luego Freida Adams, la coordinadora de Atención Médica en los refugios de Las Cruces, nos contactó», recordó Workman.
Donaciones a solicitantes de asilo
Actualmente, la pareja reside en Azteca, Nuevo México.
Ellos han tocado los corazones de cientos de personas que están donando artículos de primera necesidad para los inmigrantes, como ropa, mantas y productos de aseo personal.
Workman y Gage harán su tercer viaje a Las Cruces a fines de octubre para entregar las contribuciones, junto a sus tradicionales osos de peluche hechos a mano.
Nunca olvidarán el primer día que entregaron la ayuda personalmente.
«Mi esposo y yo visitamos tres refugios e iglesias, repartimos cientos de osos y muñecas. Las sonrisas de los niños y la gratitud de los padres fueron abrumadoras», comentó Workman.
Recordó una mañana en que acababan de servir el desayuno a los refugiados y miraban cómo los niños esbozaban una enorme sonrisa por los obsequios.
Niños y padres felices
«Es difícil entender quién estaba más feliz con este pequeño regalo de peluche, si el niño o el padre. Recuerdo que una madre brasileña, solo hablaba portugués, me miró a los ojos con una expresión de gratitud y esperanza. Ambas nos abrazamos y me sostuvo la mano al tiempo que me susurraba ‘obrigado’ (gracias), la única palabra en portugués que ahora entiendo», dijo.
La pareja coordina sus donaciones y visitas fronterizas a través de Freida Adams, que vivió y se desempeñó como enfermera en Venezuela durante 20 años, recientemente trabajó con el Departamento de Salud del estado de Nuevo México y ahora colabora con los refugios como voluntaria.
«Estas visitas han sido algunas de las experiencias más significativas de mi vida», dijo Workman. Aseguró que esa felicidad contrasta con el trato que reciben los inmigrantes por parte de las autoridades cuando llegan a Estados Unidos.
«Nos encontramos absolutamente horrorizados por cómo los tratan, creo que la Estatua de la Libertad llora. Todos somos inmigrantes aquí. Más importante, todos somos seres humanos que necesitamos apoyarnos y ayudarnos unos a otros en momentos de necesidad», expresó.
En su mente aparecen las escenas vividas durante su visita a los refugios, donde un «mar de familias» sale de los centros de detención con sus niños en brazos.
«Casi me alegro de no hablar suficiente español para entender sus historias, no puedo imaginar viajar de miles de millas con un bebé lactante, un niño de 3 años y un hijo pequeño, cada familia tiene al menos un hijo y a todos quieren darles un mejor futuro», comentó.
La venia de las redes sociales
La pareja dice que sus esfuerzos con los osos de peluche se extendieron de «boca en boca» y por medio de las redes sociales, lo que ha atraído a más personas a unirse en pro de la causa a favor de los inmigrantes.
«Esta ha sido la parte más sorprendente de nuestro proyecto, numerosas personas en los Estados Unidos han hecho, recolectado y enviado los artículos necesarios por su cuenta, es gente que nunca hemos conocido, y localmente se publicó una campaña para pedir abrigos y mantas en el periódico de Durango, Colorado», indicó.
Después de conocer a la pareja, Alexis Saghie, residente de Durango (Colorado, Estados Unidos), estudiante de postgrado en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, está planeando su propia visita a Las Cruces a mediados de octubre.
La crisis en mi patio trasero
«Mi enfoque son los refugiados, principalmente sus necesidades de salud durante emergencias como la crisis que viven en la frontera. Vemos que por las políticas migratorias casi 14.000 inmigrantes están atrapados en Juárez, México».
«La misión de mi viaje a Las Cruces es llevar donaciones a través de la frontera a Juárez, México, ya que muchos refugiados están limitados para cruzar a los Estados Unidos», dijo a Efe Saghie.
Mencionó que anteriormente su enfoque estaba puesto en proporcionar ayuda a los refugiados en el Medio Oriente o en Europa.
«Pero me di cuenta que hay una gran crisis en mi patio trasero y debo comenzar aquí a marcar una diferencia para estos solicitantes de asilo que buscan refugio en los Estados Unidos», expresó.
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