La ONU pidió a Francia ocuparse seriamente de los profundos problemas de racismo en las fuerzas de seguridad, tres días después de la muerte de un adolescente por un disparo de la policía.
«Es el momento de que el país aborde seriamente los profundos problemas de racismo y discriminación racial entre las fuerzas de seguridad», declaró Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante una conferencia de prensa de la ONU en Ginebra.
La muerte de Nahel, de 17 años, baleado a quemarropa por un policía durante un control de tránsito en las afuera de la capital desató una oleada de violentos disturbios en todo el país, por el momento, de tres noches consecutivas.
«Instamos a las autoridades a garantizar que el recurso a la fuerza por parte de la policía contra los elementos violentos en las manifestaciones siga respetando los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación, precaución y responsabilidad», señaló la portavoz.
El gobierno francés rechazó el viernes por la tarde la acusaciones de la ONU: «Cualquier acusación de racismo o de discriminación sistemática por parte de las fuerzas del orden en Francia es totalmente infundada», declaró el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
«Francia y sus fuerzas del orden luchan con determinación contra el racismo y todas las formas de discriminación. No se permite ninguna duda sobre ese compromiso», advirtió.
La portavoz de la ONU también expresó su preocupación por el estallido de violencia causado por la muerte del adolescente.
«Comprendemos que ha habido muchos saqueos y violencia por parte de ciertos elementos que utilizan las manifestaciones para esos fines, y que ha habido un gran número de policías que resultaron heridos», apuntó.
Las fuerzas de seguridad francesas efectuaron en la noche del jueves al viernes 667 detenciones y 249 policías y gendarmes resultaron heridos, según cifras oficiales.