La ONU expresó este lunes su «preocupación por la violencia y xenofobia» hacia inmigrantes en Chile tras una protesta contra extranjeros indocumentados en el norte del país el sábado.
En esa movilización, algunos de los 3.000 manifestantes congregados en la ciudad de Iquique, a 1.750 km al norte de Santiago, quemaron las pertenencias de los migrantes que acampaban en la calle, hechos que son investigados por la Fiscalía.
«Respetando la soberanía de Chile, instamos a las autoridades y la población a actuar en el marco del respeto a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario», señaló la ONU en Twitter.
«Reiteramos la voluntad de apoyar con asistencia técnica y colaborar en los esfuerzos de las autoridades nacionales y locales», agregó.
La movilización estuvo plagada de banderas de Chile y carteles y gritos contra los migrantes irregulares, principalmente venezolanos, que desde hace años ingresan a Chile por pasos clandestinos desde Bolivia, cruzando la cordillera de Los Andes y el desierto de Atacama.
El representante especial conjunto de la Agencia de la ONU para los Refugiados y de la Organización Internacional para las Migraciones para los refugiados y migrantes venezolanos, Eduardo Stein, expresó en una carta publicada en las redes sociales su «tristeza y consternación» por los hechos «de odio, intolerancia y xenofobia» en Iquique, que «son sumamente preocupantes».
«Estos actos de intolerancia van contra el espíritu solidario, de acogida y respeto por los derechos fundamentales que el pueblo y el gobierno de Chile han demostrado históricamente, recibiendo a los venezolanos y venezolanas con generosidad, de la misma manera que, en el pasado, el pueblo venezolano abriera sus puertas a un gran número de refugiados y migrantes chilenos», afirmó Stein.
El ministro del Interior de Chile, Rodrigo Delgado, manifestó su desacuerdo con la violenta protesta. No obstante, «vamos a seguir con los desalojos en todos los espacios públicos que se requieran» y también «con el plan de expulsiones» de migrantes indocumentados que lleva a cabo el gobierno chileno, aclaró.
Un día antes de la protesta, la policía chilena desalojó a centenares de migrantes venezolanos que acampaban desde hace un año en una plaza de Iquique.
Los ingresos de personas a Chile por pasos clandestinos suman 23.673 hasta julio, casi 7.000 más que en todo el año pasado, según un informe del Servicio Jesuita a Migrantes.