El programa de la Organización de las Naciones Unidas, ONUSIDA advirtió este martes que si Estados Unidos no restablece la financiación para labores humanitarias, 6,3 millones de personas morirán en los próximos cuatro años por VIH/SIDA.
Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, afirmó durante su intervención en Ginebra: “Veremos un aumento real de esta enfermedad; volveremos a ver gente muriendo de la misma forma que en los años 90 y 2000”. Además, añadió que “también esperamos 8,7 millones de nuevas infecciones adicionales”.
Byanyima señaló que la congelación de la financiación anunciada por la Casa Blanca el 20 de enero debía finalizar el mes que viene, tras una revisión de 90 días.
«No tenemos noticias de que otros gobiernos se hayan comprometido a cubrir el déficit», dijo.
Los centros de acogida en los que los pacientes de VIH pueden recoger los medicamentos antirretrovirales que necesitan ya no están reabriendo, «por temor a que esto no sea coherente con las nuevas directrices», mantuvo.
Centrándose en África -donde el este y el sur del continente se reparten el 53% de la carga mundial del VIH- Byanyima dijo hay aproximadamente 520.000 personas seropositivas en la República Democrática del Congo (RDC), de las cuales 300.000 son mujeres y 50.000 son niños. La epidemia continúa creciendo, ya que el número de nuevas infecciones casi duplica el de muertes relacionadas con la enfermedad.
Susan Kasedde, directora de la oficina de ONUSIDA en la RDC, destacó que “el tratamiento no puede funcionar sin capacidad operativa; no se puede proporcionar tratamiento si no hay una cadena de suministro que funcione correctamente”, señalando que la respuesta al VIH en la RDC depende en gran medida de programas interdependientes que se refuerzan mutuamente.
Recortes de financiación agravan crisis humanitarias en comunidades vulnerables
Otras agencias de la ONU que también dependen de la financiación estadounidense han advertido sobre el grave impacto que los recortes han tenido en las comunidades.
El viernes, ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, declaró que miles de personas han quedado sin ayuda vital en el este de la República Democrática del Congo, devastado por la guerra.
Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) también anunció que los recortes financieros afectan gravemente a las comunidades migrantes vulnerables, agravando las crisis humanitarias y debilitando los sistemas de apoyo esenciales para las poblaciones desplazadas.
“Es razonable que Estados Unidos quiera reducir su financiación con el tiempo. Pero la repentina retirada de la ayuda para salvar vidas está teniendo un impacto devastador en todos los países, especialmente en África, pero también en Asia y América Latina”, aseguró Byanyima.
Esta situación surge tras la decisión del presidente Donald Trump de cancelar 83 % de los programas de ayuda exterior de la desmantelada Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que se encargaba de distribuir miles de millones de dólares anualmente para aliviar la pobreza, tratar enfermedades y responder a hambrunas y catástrofes naturales.
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