Rusia lanzó el lunes una oleada de bombardeos coordinados y mortales contra varias ciudades de Ucrania, incluida la capital, y amenazó con réplicas «severas» en caso de nuevos ataques de Kyiv.
Al menos 11 personas murieron y 89 resultaron heridas tras la mayor campaña de ataques en meses, según la policía ucraniana.
Estas agresiones «constituyen otra escalada inaceptable de la guerra», denunció el secretario general de la ONU, António Guterres, según su portavoz, Stephane Dujarric.
Los bombardeos se producen en una aparente represalia a la explosión que destruyó parcialmente el sábado el puente que conecta la península de Crimea con Rusia continental, clave para el envío de suministros a las tropas rusas en Ucrania.
El Ejército ucraniano afirmó que las fuerzas rusas habían disparado 75 misiles sobre ciudades de todo el país, en una serie de ataques que incluyó el uso de drones iraníes lanzados desde Bielorrusia. El último bombardeo contra la capital ucraniana fue en junio.
Dirigiéndose a su Consejo de Seguridad, el presidente ruso Vladimir Putin aseguró que si continuaban los «intentos de ataques terroristas» por parte de Ucrania, las réplicas serán «severas».
Su predecesor y número dos del Consejo de Seguridad, el expresidente Dmitri Medvedev, afirmó que los bombardeos solo eran el «primer episodio» y reclamó el «desmantelamiento total» del poder político ucraniano.
Simultáneamente, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, estrecho aliado de Putin, acusó a Lituania, Polonia y Ucrania de preparar ataques contra su país y anunció el despliegue de tropas conjuntas con Rusia.
«Desesperado»
En un discurso a la nación, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que la mañana había sido «difícil» y explicó que el objetivo de las fuerzas rusas era el sistema energético y los civiles.
También informó que los objetivos de las bombas rusas fueron ciudades como Dnipró y Zaporiyia, en el centro del país, y Leópolis, en el oeste.
Según el primer ministro ucraniano Denis Chmygal, 11 estructuras importantes fueron dañadas en ocho regiones y en la capital.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó haber apuntado contra las infraestructuras energética, militar y de comunicaciones de Ucrania.
El jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, estimó señaló que Putin está «desesperado a raíz de las derrotas en el campo de batalla».
Por eso, añadió, usa «el terrorismo de los misiles para intentar cambiar el ritmo de la guerra a su favor».
«Estábamos durmiendo cuando escuchamos la primera explosión. Nos despertamos, fuimos a ver qué pasaba y entonces se produjo la segunda explosión», dijo a AFP Ksenia Ryazantseva, una profesora de 39 años de edad.
«No entendíamos qué estaba pasando (…) bueno, estamos en guerra», añadió.
Reino Unido tachó los ataques de «inaceptables», la Unión Europea y Polonia dijeron que se trataba de «crímenes de guerra» y Francia prometió incrementar la ayuda militar a Kyiv.
Alemania señaló que la entrega de un primer sistema de defensa antiaérea a Ucrania, prometido desde hace meses, era inminente.
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, también condenó los «horribles e indiscriminados» ataques.