La Cámara Baja del estado de Oklahoma (EE UU), controlada por los republicanos, aprobó este martes un proyecto de ley que prohíbe el aborto en todos los casos excepto en los que la vida de la madre esté en riesgo, y que se convertirá en la legislación más restrictiva del país.
El texto, avalado con 70 votos a favor y 14 en contra, tiene que ser ahora promulgado por el gobernador del estado, el republicano Kevin Stitt, quien en septiembre pasado prometió firmar cualquier legislación de este tipo que llegue a su escritorio.
La propuesta de Oklahoma prohíbe con penas de hasta 10 años de prisión que un médico realice un aborto en cualquier momento del embarazo, a no ser que sea para «salvar la vida» de la mujer.
Por tanto, no cuenta con excepciones para aquellas mujeres que han sido víctimas de violación.
Además, permite a particulares presentar demandas civiles contra cualquier persona que ayude a una embarazada a abortar si creen que infringen la prohibición, y ofrece recompensas económicas al demandante si gana el juicio.
Oklahoma se había convertido en el principal destino para abortar de las mujeres del vecino Texas después de que este estado prohibiera el aborto a partir de la sexta semana de gestación.
Tras la aprobación del proyecto en Oklaoma, la ONG Unión de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) recriminó que «nadie debería ser forzada a continuar un embarazo en contra de su voluntad».
La organización lamentó que hay «ataques contra el derecho al aborto» en varios puntos del país, pero advirtió que «la lucha no ha terminado».
El aborto ha sido legal en EE UU desde que en 1973 el Supremo del país dictaminara que el Estado no tiene derecho a intervenir en la decisión de la mujer sobre su embarazo, pero varios estados de tendencia conservadora han impuesto restricciones durante las últimas dos décadas.
Todo apunta a que la mayoría conservadora en el Tribunal Supremo restringirá el aborto en el país en junio o julio de este año, cuando decidirá sobre otra ley de Misisipi que lo limitaría a partir de las 15 semanas y que también contradice, por tanto, el precedente de 1973.
Si eso ocurre, se espera que 26 estados de tendencia conservadora restrinjan el aborto, lo que dejaría en un limbo a millones de pacientes en EE UU, donde la mayoría de las mujeres que tratan de abortar son pobres y en muchos casos no pueden permitirse viajar a otros estados.
Hasta ahora, la ley más restrictiva la tiene Texas, donde se prohíbe el aborto en cuanto se detecte actividad cardíaca fetal, alrededor de las seis semanas de gestación, cuando muchas mujeres no saben que están embarazadas.