La Organización Internacional del Trabajo, OIT, alertó de que casi la mitad de los trabajadores de América Latina y el Caribe ven amenazados sus medios de subsistencia ante la enorme pérdida de horas de trabajo por la pandemia del covid-19.
En un comunicado titulado América Latina y el Caribe: Día del Trabajo en confinamiento, la sede regional del organismo señaló que la pérdida de horas de trabajo equivale a la desaparición de 31 millones de empleos a tiempo completo y pone en riesgo de perder sus ingresos a 140 millones de personas.
La OIT aseguró que esta situación configura «un panorama sombrío y desafiante para una América Latina y el Caribe que se prepara para conmemorar un primero de mayo atípico con medidas de confinamiento para contener la pandemia del covid-19».
En su último informe mundial, presentado esta semana en Ginebra, el organismo establece que hasta el segundo trimestre de este año se perderá, en comparación con la situación anterior a la epidemia, 10,5% de las horas de trabajo en América Latina y el Caribe, lo que equivale a entre 25 y 31 millones de empleos a tiempo completo.
Cerca de 158 millones de personas que trabajan en condiciones de informalidad, equivalente al 54% del empleo total en la región, habrían visto reducidos sus ingresos hasta en 81%, y alrededor de 89% de los trabajadores informales, cerca de 140 millones de personas, están en un riesgo alto de perder medios de subsistencia por las restricciones en la actividad económica.
«Un enemigo invisible ha impactado los mercados laborales de la región y puso en evidencia los problemas de inestabilidad laboral, bajos ingresos, precariedad y escasa o nula protección que implica trabajar en condiciones de informalidad», dijo el director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinicius Pinheiro.
Pinheiro también afirmó que nunca antes los mercados laborales de América Latina y el Caribe habían enfrentado un desafío de estas magnitudes.
«Vamos a tener que reconstruir el mundo del trabajo y eso implica tomar medidas para restaurar un entramado que incluye al empleo, a los ingresos y a las empresas», acotó.
Remarcó, además, que las medidas de salud y seguridad deberán ser un elemento central en el lugar de trabajo, que se ha convertido en el territorio donde se libra una de las batallas más decisivas contra la pandemia.
«El lugar de trabajo, como lo conocíamos, ya no existe más», aseguró antes de acotar que del éxito que se tenga en la aplicación de estas medidas en el trabajo dependerá la superación de la pandemia y la prevención de los rebotes cuando haya una reactivación de la economía.
El director regional dijo que los países de América Latina y el Caribe también deben abordar el reto de encontrar vías para el diálogo social con la participación de gobiernos, empleadores y trabajadores.
«Es importante que estemos todos en una misma mesa, para que las medidas y estrategias tengan viabilidad y sostenibilidad política», concluyó.