La Organización de Estados Americanos (OEA) realiza una sesión extraordinaria para discutir la situación de Venezuela la tarde de este viernes.
La reunión fue solicitada por los embajadores de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Paraguay, Perú y Estados Unidos. Esta sesión tiene como objetivo dar seguimiento a la resolución aprobada por el organismo, el pasado 10 de enero, en la que se desconoce la autoridad de Nicolás Maduro.
El embajador de Argentina ante lla OEA, Julio César Ayala, aseguró que su país ha recibido más de 130.000 venezolanos. Señaló que la crisis de Cenezuela tiene un alcance global puesto que según lñas cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) aseguró que cerca de 3 millones de venezolanos tuvieron que huir del país.
Por su parte el embajador de Brasil, Fernando Simas Magalhães, señaló que es momento de que los países miembros de la organización reconozcan que existen representantes de un «régimen de facto» dentro de los páises.
«Para Brasil toda iniciativa diplomática debe partir de la premisa de la transición democrática y el cese de la usurpación por parte del usurpador.El régimen de Maduro es una dictadura que destruye al país y genera inestabilidad», aseguró.
La representación de Panamá insistió en la importancia de la realización de elecciones democráticas en Venezuela y reiteró que su país reconoce su a Juan Guaidó como presidente interino del país.
La representante de Perú, Ana Rosa Valdivieso, resaltó que su país esta dispuesto a ofrecer los implementos necesarios para realizar unas elecciones libres en Venezuela. Aseguró que el gobierno de Perú mantiene su disposición de trabajar n conjunto con los representantes diplomáticos designados por Juan Guaidó.
Alejandro Ordóñez, representante de Colombia, aseguró que rechazar la ayuda humanitaria es un crimen que «se deberá sumar a la larga lista de crímenes de lesa humanidad del régimen de Venezuela».
«Es una dictadura que utilizó los últimos 20 años para sembrar terror en la población. El Estado se convirtió en un acto criminal», aseguró el diplomático colombiano.
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