En 2019, 56 periodistas terminaron asesinados en el mundo, la cifra más baja en más de una década. Ese número supuso una rebaja de casi la mitad de los sucesos ocurridos entre 1999 y 2018.
Latinoamérica y el Caribe concentraron 22 de esos asesinatos. En ese sentido, se convirtió en la región más afectada por este fenómeno por delante de Asia-Pacífico, 15, y del mundo árabe, 10. Así lo indicó un comunicado de la Unesco presentado este lunes, sin dar detalle por países.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura registró 894 asesinatos de periodistas en el periodo 2010-2019, es decir, un promedio de casi 90 al año.
Las cifras siguen la tendencia de las publicadas por Reporteros sin Fronteras. Esta organización indicó que en 2019 habían sido asesinados 49 periodistas en el mundo, 44% menos que el ejercicio precedente. Esta cifra es la más baja desde hace 16 años.
La Unesco destacó que 61% de los profesionales murieron en países en los que no hay un conflicto armado declarado, lo que ilustra que la vida de los periodistas no solo está amenazada en los escenarios de conflictos violentos, sino que también son objeto de ataques cuando investigan la política local, la corrupción y la delincuencia, a menudo en sus ciudades de origen.
De hecho, como en años anteriores, más del 90% eran reporteros locales.
Solo una minoría de los que atacan o matan a informadores rinden cuentas ante la justicia, ya que menos de uno de cada ocho casos de los registrados en el mundo desde 2006 se consideran resueltos, con una tasa de impunidad del 90%.
En otro informe presentado en noviembre, la organización ya había advertido de que cada vez hay más agresiones verbales y físicas dirigidas a los periodistas por su trabajo y que en general las amenazas pretenden silenciar las voces críticas y restringir el acceso al público a la información.