El rey emérito Juan Carlos I habría utilizado una fundación para ocultar las supuestas comisiones que recibía por su intermediación en contratos millonarios, según reveló el diario español El Confidencial.
Se trataría de la Fundación Zagatka, creada en 2003 y dirigida por su primo hermano Álvaro de Orleans-Borbón. Desde esta entidad particular, se realizaba la compra de acciones en grandes empresas y se le facilitaba al rey dinero en efectivo para sus gastos en aviones chárter y hoteles.
Entre 2008 y 2018, año en que ya había abdicado a favor de su hijo Felipe VI, habría gastado de los fondos de la fundación cerca de ocho millones de euros, destinados mayoritariamente al pago de facturas por viajes privados a Estados Unidos, Medio Oriente, Canadá y el Caribe.
Desde Zagatka, según el mismo diario digital, se adquirían acciones en grandes empresas que, meses después, eran vendidas, con importantes rendimientos financieros.
La fundación Zagatka adquirió participaciones en varias compañías españolas: BBVA, Santander, Iberdrola, ACS, Ence, Abertis, Endesa, Acciona y Repsol, y en las extranjeras, Alstom, Henkel, Carlsberg, Carrefour, Telecom, Sanofi, Bayer, Allianz, Veolia y BHP Billiton. Según El Confidencial, los movimientos financieros se habrían realizado con información privilegiada obtenida por esta fundación.
La fundación operaba con cuentas en el Credit Suisse, pero, como consecuencia de la política antilavado de Suiza de finales de 2015, Zagatka transfirió sus fondos a Lombard Odier. Se calcula que en ese momento la fundación administraba activos por más de 13 millones de euros. En ese mismo año, 44% de su patrimonio estaba constituido por participaciones en diversas compañías.
Entre los gastos personales en que habría incurrido el rey emérito está la compra de tres escopetas de caza por más de 100.000 euros. Se trata de tres armas sofisticadas, elaboradas con titanio, producidas por una empresa armera del País Vasco.
La compra se produjo en 2018, cuatro años después de la abdicación del monarca, a través del abogado Dante Canonica, supuesto testaferro suyo y actualmente investigado en Ginebra por lavado de capitales.
En la factura de compra figura como cliente Álvaro de Orleans-Borbón, administrador de Zagatka desde su constitución en Liechtenstein.
Según estableció El Confidencial, fuentes próximas a la Fiscalía del Tribunal Supremo confirmaron que el destinatario de estas tres armas fue Juan Carlos I. En cualquier caso, el nuevo hallazgo sobre las armas recuerda que, precisamente, fue una cacería en Botsuana el episodio que condujo a su abdicación en 2012. Todo, pues, apunta a que el rey emérito no abandona su vieja afición.
El rey emérito, radicado en los Emiratos Árabes desde el 3 de agosto de este año, recibió el pasado fin de semana una visita de su hija mayor, la Infanta Doña Elena, según informó el diario La Vanguardia.
Al parecer, por informaciones del entorno del ex monarca recabadas por el periódico ABC, este se encuentra molesto por las informaciones que se han publicado recientemente, a las que calificó “malintencionadas”.
Las nuevas revelaciones, sin embargo, contribuyen a enlodar aún más a la figura de Juan Carlos I, con sus consecuencias sobre la imagen de la monarquía, cada vez más debilitada.
El desgaste que ha tenido que sufrir esta institución en los últimos años parece evidenciarse en algunos sondeos de opinión. Según la encuestadora Sináptica 58,2% de los encuestados cree necesaria la celebración de un referéndum para decidir entre república y monarquía, una cifra impensable hace unos años.
Para el vicepresidente del gobierno español y líder del partido de extrema izquierda Podemos Unidas, «las encuestas realizadas por medios independientes, dicen que ya hay mayoría republicana”.
En una entrevista concedida al diario La Stampa de Italia, aseguró, además, que «sólo la derecha y, sobre todo la ultraderecha, se identifican con la monarquía y este es un gran problema que hará de España una república tarde o temprano».
Por Juanita Samper Ospina, corresponsal de El Tiempo en Madrid.