El Centro para el Control de Envenenamientos de Nueva York recibió al menos 100 llamadas por accidentes o daños con productos desinfectantes.
Los contactos telefónicos se registraron cuatro días más tarde de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió ingerir, usar o inyectar esos productos para combatir el coronavirus.
“Veo que el desinfectante lo noquea en un minuto. ¿No habría alguna forma de hacer algo así con una inyección en el interior o casi una limpieza?”, se preguntó el mandatario el pasado jueves.
En declaraciones ofrecidas en su comparecencia diaria en la Casa Blanca, afirmó que se debería contactar a los profesionales de la salud para ello.
“Como pueden ver, el coronavirus penetra en los pulmones y tiene un efecto enorme; sería interesante, pues, verificarlo. Habrá que contactar con los médicos para esto, pero me parece interesante”, añadió. Sin embargo, luego afirmó que se trataba de un comentario sarcástico.
El 23 de abril, día del comentario de Trump, el Centro de Nueva York recibió 21 llamadas que fueron relacionadas con el contacto con lejía, usada como desinfectante en millones de hogares, y 11 para otros desinfectantes.
Al día siguiente, se registraron 23 casos más relacionados con el contacto con lejía, un consumo que además se disparó durante la pandemia.
Los datos del Centro no especifican si el contacto con el producto fue en la piel o ingerido, reseñó El Clarín.