El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el martes una serie de restricciones en varias zonas de la ciudad y sus suburbios para intentar frenar una segunda ola del coronavirus que ya mató a más de 23.800 personas en la Gran Manzana.
Cuomo ordenó el cierre de negocios no esenciales como restaurantes y gimnasios en ciertas partes de los distritos de Queens y Bronx, en la ciudad de Nueva York.
También prohibió las aglomeraciones y limitó a 10 el número de personas que pueden entrar a iglesias o templos en las llamadas «zonas rojas», donde hay brotes de covid-19.
Las restricciones entrarán en vigor el miércoles -a más tardar el viernes- y serán revisadas en 14 días.
Representan un paso atrás en la reapertura de Nueva York, epicentro de la pandemia de covid-19 en abril y mayo, cuando se registró más de 700 muertos por día en el estado, cifra que ha caído a menos de 10 en las últimas semanas.
Cuomo dijo que los brotes del virus en algunas zonas de la ciudad se deben a que las personas no han respetado las reglas de distanciamiento social y el uso del tapabocas.
«No hay tiempo para estar cansados de usar mascarilla», dijo en conferencia de prensa. «El virus no usa barbijo».
Las áreas donde entrarán en vigor las prohibiciones, algunas de ellas en los suburbios de la ciudad de Nueva York, tienen cerca de 1,6 km de diámetro.
El lunes, Cuomo había anunciado que las escuelas de nueve sectores de Nueva York cerrarán de manera temporaria.
Estas escuelas públicas y privadas se encuentran en áreas donde la tasa de casos positivos supera 3% desde hace más de siete días seguidos.
Dos de los sectores han registrado tasas de tests positivos superiores a 8%.
En todas estas zonas viven grandes comunidades de judíos ortodoxos, que recientemente celebraron Rosh Hashaná y Yom Kipur y muchas veces son reticentes a usar máscara.
En todo el estado de Nueva York la tasa de tests positivos permanece baja, en 1,2%.
El virus ha matado a más de 33.000 personas en todo el estado desde marzo.